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Saber/Creer

Relación entre el saber y el creer.

Muchas personas abordan los debates desde la postura escéptica convencidos, o al menos dando a entender que entre la creencia y el saber solo existe un claro antagonismo. Lo mismo ocurre en lado contrario, llevando a los que en ese lado se sitúan a defender la creencia por encima del saber o a cuestionar directamente la posibilidad de que exista algo a lo que podamos llamar saber. Evidentemente, no es exactamente lo mismo saber que creer algo, pero la relación entre ambas cosas es más estrecha de lo que muchos piensan.

Fue Platón el primero en argumentar que el objeto del saber es diferente del objeto del creer en su obra "La República". Platón argumenta que el saber y el creer son capacidades distintas y que, puesto que cada capacidad del hombre tiene su propio ámbito de actuación, los objetos del saber y del creer deben ser distintos, como corresponde a capacidades distintas.

Pero parece más cierto que aquello que empieza siendo una conjetura, puede pasar a sostenerse como creencia para acabar constituyendo saber, desmintiendo las afirmaciones de Platón. No resulta difícil encontrar ejemplos. Puede conjeturarse con que el autor de un hecho determinado sea una persona concreta, para pasar a creerlo conforme se acumulan indicios, terminando por establecerse como "saber".

(En realidad, Platón, trata de establecer diferencias entre lo que el llama "saber verdadero" y la noción común de saber, correspondiendo el primer caso a un saber inmediato, adquirido por intuición o contacto directo con el objeto, en un modelo basado en la percepción. Con mayores o menores diferencias, la tradición inaugurada por Platón llega hasta nuestros días, pero esa es otra discusión, que si bien es muy interesante, resulta poco pertinente a la cuestión principal de este artículo.)

Consideremos la siguiente afirmación:

"Yo sé que x es el autor de tal hecho, pero no creo que haya sido x"

Parece evidente que existe una contradicción, si sabes que alguien es el autor de un determinado hecho, crees en ello necesariamente.

Vemos que existe una relación clara entre creer y saber, puesto que algunas creencias pueden llegar a "saber" y este no es concebible sin alguna creencia en el mismo sentido.

Podemos empezar a caracterizar el saber diciendo que contiene, necesariamente, una creencia y que, evidentemente, esa creencia ha de ser verdadera. Sin embargo, siendo necesario, no es suficiente para decidir que nos encontramos ante un ejemplo de saber.

Supongamos que nuestra creencia acerca de que alguien es el autor de un hecho procede del discurso de un fiscal especialmente hábil en la persuasión retórica y la manipulación psicológica. Para hacerlo aún más claro supongamos que el propio fiscal no está convencido de que nuestro hombre sea el autor del hecho. El hombre puede ser, efectivamente, el autor del hecho, pero nuestra creencia en ello sería "accidental", fruto de la persuasión del fiscal.

Un ejemplo más claro podemos ilustrarlo si alguien afirmara antes de un partido de fútbol que estaba convencido de que el equipo x iba a ganar ese encuentro por tal o cual resultado y efectivamente así ocurriera. Nos encontramos con una creencia verdadera, pero parece difícil aceptar que este sujeto "supiera" cual iba a ser el resultado.

Lo que echamos de menos es algún tipo de justificación, alguna razón que explique esa creencia. Una justificación de tipo epistémica, y no cualquiera, pues podríamos decir que la elocuencia del fiscal nos convenció de ello, sino buenas razones de tipo epistémico.

Llegamos finalmente a definir el saber como una creencia verdadera justificada, dejando clara la estrecha relación entre las creencias y el saber.

Esto puede entenderse si consideramos cuanto de aquello que hemos podido llamar con propiedad "saber" diferenciándolo de la simple creencia u opinión ha tenido que ser abandonado como erróneo para ser sustituido por otros saberes igualmente legitimados para ese nombre y que no pueden pasar de la categoría de provisionales. ¿Eran aquellas "representaciones del mundo" abandonadas creencias o saber, y son los que los han sustituido "saberes" o creencias?. Dada nuestra caracterización del saber, sin duda pueden ser llamadas con toda propiedad "saberes".

Faltaría definir el concepto de verdad y los criterios de justificación, tarea polémica que tal vez en otra ocasión abordemos.

Liberalismo extendido

Mientras que el nacionalismo entiende la libertad como el cumplimiento de un orden natural prefijado por la historia, la lengua, los orígenes, la tradición, etc., o las teorías derivadas del marxismo ponen arbitrarios límites a la libertad individual, el liberalismo entendió la sociedad como la libre confluencia de voluntades individuales.

En principio, una sociedad que se estructura por medio del juego libre de las autonomias del individuo, que permite que cada cual escoja su lugar en ella, no parece injusto.

El liberalismo ha aportado la afirmación del carácter individual, algo imprescindible para la formulación y la propia existencia de las libertades individuales modernas, de conciencia, de prensa, etc., y es la principal ideología implicada en la actual concepción del Estado Democrático.

Sin embargo, hay algo de artificial en el concepto del hombre en el liberalismo que puede ser la fuente de la incapacidad práctica de esta ideología para afrontar de manera efectiva la existencia de una fuente real de dominación de unos sobre otros, restando oportunidades a los más débiles.

En el liberalismo, el hombre es autolegislador, sin más límite que el que impone su famoso principio: "mi libertad acaba donde empieza la del otro".

Entendiendo que la sociedad es un juego libre de individualidades, se establece la competencia, que siempre es decidida por el grado de poder que cada una de esas voluntades pueda usar, surgiendo relaciones de dominio. Cada ámbito privado de libertad es así desigual, fruto de la competencia y de los mecanismos a su servicio.
El liberalismo entiende la ley como un freno o límite a la voluntad, y, por tanto, debe restringirse la intervención del estado todo lo posible.

Pero el liberalismo extraé al hombre de su contexto natural. El hombre no tiene existencia real aislado de la sociedad, el hombre autónomo es una quimera. No puede entenderse al hombre tomado aislado y estudiado de esa manera.

La individualidad del hombre se inscribe en una sociedad, en la que es capaz, por su interactuación con ella, de modificarla, de no transmitirla necesariamente intacta respecto a como la heredó.
La libertad es así libertad de relaciones, no es una mera propiedad del hombre sino que también constituye un modo de relación.
Puede aspirarse a una sociedad en la que los seres humanos ejerzan su autonomía sin que los otros constituyan obstáculos a la libertad individual, a suprimir o minimizar las relaciones de dominio.

La libre competencia conduce, por sí misma, a situaciones de dominio, a una sociedad en la que cada cual se consigue, mínimos aparte, su propia parcela de libertad de un tamaño determinado por el poder que pueda ejercer en ese juego, originando individuos que son dominados debido a su necesidad de ayuda para sobrevivir.
Más que a una sociedad en la que cada cual logre su parcela de libertad, debe aspirarse a una sociedad que, en la medida en que anule esas relaciones de dominación, sea más libre ella misma.

Una sociedad, entendida como tejido de relaciones entre individuos, puede resultar más o menos justa- naturalmente en el sentido que esas relaciones acaben en un resultado neto favorable a los derechos de los individuos que la forman- dependiendo de la armonia de los derechos y libertades totales implicadas. Una sociedad que preserve la libertad individual a todo trance de modo que nadie impida que un individuo, en el ejercicio de su libertad ilimitada, quite la vida a otro; obtiene un resultado neto desfavorable a los individuos que la forman, aunque cada uno de ellos goce del derecho a la libertad sin trabas.

Del mismo modo que es concebible e incluso deseable una limitación menor de la libertad en favor de un resultado neto favorable a los individuos si se tienen en cuenta otros derechos, -en el ejemplo anterior, el derecho a la vida en el caso de que se limite la libertad de matar- puede resultar también concebible e incluso deseable respecto a otras cuestiones.

El liberalismo niega esta posibilidad respecto a determinados ámbitos, bajo la forma de rechazo al “intervencionismo” sin ofrecer más justificación que el hecho de que ello puede suponer una limitación de la libertad. Pero como hemos visto, también lo hace en el caso de que se impida que alguien ejerza su libertad matando a otros.

Divorcio : una solución politicamente correcta.

Uno ya está curado de espantos respecto a la capacidad de los políticos para ejercer eso que ha dado en llamar “ser políticamente correcto”. Se expresa a través del lenguaje, principalmente, llamando invidente al ciego, afroamericano al negro o magrebí al moro de toda la vida. Naturalmente, el lenguaje no cambia las actitudes, y uno puede seguir discriminando al invidente, cuidandose del trato con afroamericanos o solicitando que se pare la “invasión” de los magrebies.

Otro aspecto de quienes se mueven por deseos “políticamente correctos” se manifiesta en la observancia de la tolerancia radical a los demás. Salvo que se estime que la opinión o costumbre del otro es “politicamente incorrecta”. Y así, les lleva a los mismos que defienden que la sociedad de acogida de inmigrantes debe abrirse a las aportaciones culturales de estos inmigrantes, a defender el mantenimiento integro de su identidad cultural por parte de estos últimos. La contradicción se resuelve apelando a lo “politicamente correcto de ambas posturas, prescindiendo de su racionalidad.

A pesar de estar curado contra semejantes prácticas, me ha emocionado hasta lo más hondo conocer que en Chile, durante las discusiones acerca de la Ley de Divorcio, un amplio grupo de diputados consensuó una propuesta de añadir una clausula adicional a esa ley que permitiría que los novios, antes de casarse, pudieran optar por una variedad de matrimonio con opción a divorcio o por el matrimonio sin divorcio.

Uno no sabe si reir o llorar.

Universos imposibles e improbables: ¿diseño o azar?

¿Tiene sentido preguntarse por la imposibilidad de un suceso cuando este ha ocurrido?.Alguien puede mantener que un suceso no puede ocurrir, antes de que ocurra, pero una vez ha ocurrido, la evidencia se impone y más bien debe revisarse la cadena de argumentos y razonamientos que conducian a esa conclusión. Pero, ¿qué ocurre con lo improbable?.

Existe un principio llamado antrópico según el cual las observaciones acerca del Universo deben estar limitadas por las condiciones que hagan posible nuestra existencia, puesto que es una evidencia que estamos aquí para preguntarnos por la estructura del Universo.

Muchos científicos piensan que es un principio util para la formulación de hipótesis, como Stephen Hawking o Fred Hoyle, que se basó en el principio para resolver la cuestión de la síntesis estelar del carbono al formular la existencia de la resonancia de este respecto al berilio. Otros piensan que no es más que una tautología que poco aporta a la investigación.

En cualquier caso, a partir del principo antrópico se formuló una nueva versión que se conoce como princpio antrópico fuerte- dejando al clásico con la denominación de débil- que, con distintos matices según quien se refiera a él, a venido a ser usado para afirmar que el Universo está de alguna manera destinado a engendrar a los seres humanos, o, cuanto menos, vida inteligente.

A partir de él, se ha tratado de mostrar que el Universo es un proyecto diseñado, convirtiendose en uno de los argumentos favoritos de toda clase de místicos, esotéricos, e incluso creyentes en las religiones tradicionales.

El principal argumento que se esgrime es el valor de ciertas constantes universales y de diferentes condiciones favorables a nuestra aparición. Así, por ejemplo, se habla de que la menor variación en el índice de planitud en el universo en el primer suegundo de su nacimiento hubiera hecho imposible la existencia del cosmos que conocemos y, con él, de la vida. Y así con los valores de las cuatro fuerzas, la densidad de matería en el universo, del ambiente de la Tierra- su distancia al Sol, la proporción de los distintos gases en la atmósfera terrestre-, el tamaño del Sol, etc.

El principio antrópico débil es una primera respuesta a esta cuestión. Puesto que estamos aquí, es natural esperar que todas las condiciones nos favorezcan, pero la explicación más sencilla es que la vida se “adapta” a ellas. La vida no aparece en planetas u otros lugares donde las condiciones no la favorecen, no está violando ninguna ley ni precisa de milagro alguno, simplemente existe porque las condiciones de todo tipo- leyes, constantes, etc.- lo permiten.

La aparición de la vida no es algo imposible, las condiciones dadas lo permiten y ese suceso se dió. A la frase: las constantes universales tienen el valor justo para que la vida exista, se le puede dar la vuelta: la vida existe porque las constantes tiene determinados valores.

Pero se dice que la coincidencia de esos ajustes en tantos valores de constantes y leyes es algo muy improbable. ¿Que significa exactamente esa expresión?

Esa es una expresión muy común, la usan, por ejemplo, los historiadores al referirse a algún personaje de la siguiente manera: Es muy improbable la existencia de x- Pitágoras, Jesús o el personaje polémico que prefieran-. También se usa al referirse, por ejemplo, a la confianza en seres queridos: es muy improbable que mi esposa me engañe.

Lo que esa expresión denota no es el significado matemático de probabilidad, el cociente entre los sucesos favorables y el total de los sucesos posibles, favorables y desfavorables, sino un significado diferente, la resolución subjetiva de una incertidumbre sobre la base de ciertos conocimientos y creencias.

La improbabilidad a la que se refieren no es la matemática, sino esta última, en la que se pretende aplicar el sentido común a una situación muy alejada de nuestra experiencia. Los descubrimientos científicos acerca de la estructura de la materia y el universo son poco intuitivos o directamente antiintuitivos. Cuando nuestro sentido común se muestra tan poco fiable en asuntos más próximos, pero que no afectan a nuestra experiencia directa, la aplicación del mismo a la solución de una incertidumbre sobre una cuestión de tal calado parece muy imprudente.

Pero aunque conocieramos lo suficiente del universo para realizar un cálculo de probabilidades en el sentido matemático, existen ciertas cuestiones que no parecen tener en cuenta los defensores del Universo diseñado.

Las probabilidades de un suceso tiene utilidad cuando un suceso no se ha producido, el cálculo a posteriori de las probabilidades de un suceso producido no tiene demasiado sentido.

Uno puede sentirse especial cuando le toca el premio de la lotería, pero no es más que un suceso aleatorio previsto por la probabilidad. También cabe preguntarse por las extraordinarias coincidencias que permiten que uno de nosotros en concreto esten aquí. Como se conocieron nuestros padres, las circunstancias que permitieron que nuestros bisabuelos se conocieran en una fiesta a la que uno no tenía previsto asistir, etc. En ocasiones se acumulan tal cantidad de coincidencias que algunas personas llegan a creer que sus vidas estaban prefijadas. Muchos sucesos improbables ocurren a diario.

Las probabilidades de que, al extender al azar uno tras otro los naipes de una baraja bien mezclada sobre una mesa, aparezcan en un orden concreto son muy bajas. En una baraja española sería de 40x39x38...x1, un número abrumadoramente grande. Pero es aplicable a una predicción acerca de qué orden concreto tendrán las cartas extendidas. Si extendemos las cartas, de hecho obtendremos un orden, cualquiera, que tenía en contra ese número enorme de probabilidades. Sin embargo, está ahí, ante nosotros. Cuantas veces lo repitamos, tantas veces obtendremos un suceso muy improbable.

La existencia de un diseño en el Universo precisa de algo más que la expresión de una emoción o una vaga referencia a las probabilidades de que algo así ocurriera.

Los Obispos y el verdadero matrimonio.

El pasado 15 de Julio, la Conferencia Episcopal Española, a través de su Comité Ejecutivo, publicó una nota informativa titulada " A favor del verdadero matrimonio". Me gustaría comentarla.

Dice la nota:

(1. El pasado 29 de junio, el Congreso de los Diputados votó favorablemente una proposición no de Ley del Partido Socialista que solicita la equiparación legal plena de las uniones de personas del mismo sexo con el verdadero matrimonio. El Gobierno, por medio del Ministro de Justicia, se apresuró a anunciar que en septiembre remitirá a la Cámara un proyecto de Ley en este mismo sentido y que confía en que el llamado matrimonio homosexual sea posible legalmente ya para comienzos del año próximo. También se votaron varias proposiciones de Ley que legitimarían las uniones homosexuales de diversos modos.)

Este primer punto, simplemente descriptivo e introductorio, contiene algo interesante. Habla de equiparación legal de las uniones de personas del mismo sexo con el "verdadero matrimonio". Sin necesidad de entrar en discusiones acerca de que cosa sea el "verdadero matrimonio", queda claro que se trata de aprobar cuantas disposiciones legales se precisen para que las uniones entre homosexuales gocen de cobertura legal semejante a la que disfruta el matrimonio tradicional. No se trata de agresión alguna contra esa institución, que no se ve afectada en modo alguno por que se administren medidas jurídicas para ordenar esas uniones, que de hecho ya existen.

(2. Las personas homosexuales, como todos, están dotadas de la dignidad inalienable que corresponde a cada ser humano. No es en modo alguno aceptable que se las menosprecie, maltrate o discrimine. Es evidente que, en cuanto personas, tienen en la sociedad los mismos derechos que cualquier ciudadano y, en cuanto cristianos, están llamados a participar en la vida y en la misión de la Iglesia. Condenamos una vez más las expresiones o los comportamientos que lesionan la dignidad de estas personas y sus derechos; y llamamos de nuevo a los católicos a respetarlas y a acogerlas como corresponde a una caridad verdadera y coherente.)

Poco hay que criticar en este párrafo, no podemos hacer juicios de intención y nada se opone a creer en la sinceridad de esta declaración. En todo caso, esa llamada a la caridad, quizá menos adecuada que una a la acogida plenamente normal que no invoque ejercicios voluntaristas, sino que critique cualquier otra actitud.

(3. Con todo, ante la inusitada innovación legal anunciada, tenemos el deber de recordar también algo tan obvio y natural como que el matrimonio no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón. A dos personas del mismo sexo no les asiste ningún derecho a contraer matrimonio entre ellas. El Estado, por su parte, no puede reconocer este derecho inexistente, a no ser actuando de un modo arbitrario que excede sus capacidades y que dañará, sin duda muy seriamente, el bien común. Las razones que avalan estas proposiciones son de orden antropológico, social y jurídico. Las repasamos sucintamente, siguiendo de cerca las recientes orientaciones del Papa a este respecto.)

Es cierto que, si nos ceñimos a determinada definición de matrimonio, dos personas del mismo sexo no pueden constituir uno. Puede discutirse esa definición, pero, como decíamos en el primer punto, no hay necesidad alguna de discutir este punto. El Estado está capacitado para regular cualquier unión, sobre todo cuando esta ya existe como realidad social y genera derechos y obligaciones desde su misma existencia. Que esa unión sea equiparable legalmente no resta realidad al "matrimonio verdadero".

(4. a) Los significados unitivo y procreativo de la sexualidad humana se fundamentan en la realidad antropológica de la diferencia sexual y de la vocación al amor que nace de ella, abierta a la fecundidad. Este conjunto de significados personales hace de la unión corporal del varón y de la mujer en el matrimonio la expresión de un amor por el que se entregan mutuamente de tal modo, que esa donación recíproca llega a constituir una auténtica comunión de personas, la cual, al tiempo que plenifica sus existencias, es el lugar digno para la acogida de nuevas vidas personales. En cambio, las relaciones homosexuales, al no expresar el valor antropológico de la diferencia sexual, no realizan la complementariedad de los sexos, ni pueden engendrar nuevos hijos.)

No es cierto que el significado procreativo de la sexualidad humana se fundamente en "la vocación al amor que nace de la diferenciación sexual" Los ejemplos que contradicen semejante aseveración a través de las culturas y los tiempos son abrumadores. Tampoco lo es que el hecho de que dos personas del mismo sexo se unan en matrimonio genere por sí mismo un amor y una entrega desinteresada, una comunión total, como lo llama la nota, y mucho menos que cree un seno de acogida digno de manera automática para nuevos seres vivos. Eso es ideología, no es antropología. Las relaciones homosexuales pueden no "expresar el valor antropológico de la diferencia sexual", pero nada impide que exprese el de amor, entrega y comunión de personas.

(A veces se arguye en contra de estas afirmaciones que la sexualidad puede ir hoy separada de la procreación y que, de hecho, así sucede gracias a las técnicas que, por una parte, permiten el control de la fecundidad y, por otra, hacen posible la fecundación en los laboratorios. Sin embargo, será necesario reconocer que estas posibilidades técnicas no pueden ser consideradas como sustitutivo válido de las relaciones personales íntegras que constituyen la rica realidad antropológica del verdadero matrimonio. La tecnificación deshumanizadora de la vida no es un factor de verdadero progreso en la configuración de las relaciones conyugales, de filiación y de fraternidad.)

Esto es jugar al todo o nada. Se elige el mejor de los ejemplos de una de las opciones y se le opone el peor de los de la otra alternativa. Si alguien invoca un ejemplo de matrimonio en el que el hecho de que exista la capacidad de fecundidad y relación personal íntegra no supone un elemento de progreso en las relaciones conyugales o de filiación, se dice que ese no es un verdadero matrimonio y listo. Pero todos sabemos que muchas veces esa realización plena se ve comprometida por cuestiones de incapacidad natural de procreación que la técnica puede solucionar, siendo en ese caso un factor coadyuvante para ese progreso de las relaciones. La tecnificación de un aspecto de la vida humana no supone el de todos los aspectos de esa vida. Un marcapasos no supone mella en la dignidad de nadie, por ejemplo.

(El bien superior de los niños exige, por supuesto, que no sean encargados a los laboratorios, pero tampoco adoptados por uniones de personas del mismo sexo. No podrán encontrar en estas uniones la riqueza antropológica del verdadero matrimonio, el único ámbito donde, como Juan Pablo II ha recordado recientemente al Embajador de España ante la Santa Sede, las palabras padre y madre pueden “decirse con gozo y sin engaño”. No hay razones antropológicas ni éticas que permitan hacer experimentos con algo tan fundamental como es el derecho de los niños a conocer a su padre y a su madre y a vivir con ellos, o, en su caso, a contar al menos con un padre y una madre adoptivos, capaces de representar la polaridad sexual conyugal. )

El uso de lenguaje emocional- niños encargados a los laboratorios- no oculta el hecho de que son recibidos con la misma alegría y el mismo anhelo, sino superior en muchos casos, que los "encargados" según el método tradicional. Nada hay en las técnicas de fecundación que impliquen un menoscabo de la dignidad del niño, y la felicidad del mismo no depende del método por el que las células sexuales de sus progenitores se unieron, sino de circunstancias bien diferentes. Muchos niños no son adoptados, por su edad o por otras circunstancias, y parece preferible que sean adoptados pro personas que anhelan dar y recibir amor de ellos, a que crezcan en hospicios, ajenos a esa posibilidad.

( La figura del padre y de la madre es fundamental para la neta identificación sexual de la persona. Ningún estudio ha puesto fehacientemente en cuestión estas evidencias.)

No es cierto que eso sea una evidencia. Lo que parece evidente es que, al igual que el sexo de una persona, la identidad sexual venga determinada en primer lugar de manera natural. El entorno social y cultural, antes que el paterno, influye mucho más en la identidad sexual, pero sobre todo confundiéndola. Los niños criados en orfanatos no presentan ningún rasgo significativo o anormal en su identidad sexual. Ningún estudio ha puesto fehacientemente en cuestión esta evidencia.

(b) La relevancia del único verdadero matrimonio para la vida de los pueblos es tal, que difícilmente se pueden encontrar razones sociales más poderosas que las que obligan al Estado a su reconocimiento, tutela y promoción. Se trata, en efecto, de una institución más primordial que el Estado mismo, inscrita en la naturaleza de la persona como ser social. La historia universal lo confirma: ninguna sociedad ha dado a las relaciones homosexuales el reconocimiento jurídico de la institución matrimonial.
El matrimonio, en cuanto expresión institucional del amor de los cónyuges, que se realizan a sí mismos como personas y que engendran y educan a sus hijos, es la base insustituible del crecimiento y de la estabilidad de la sociedad. No puede haber verdadera justicia y solidaridad si las familias, basadas en el matrimonio, se debilitan como hogar de ciudadanos de humanidad bien formada.
Si el Estado procede a dar curso legal a un supuesto matrimonio entre personas del mismo sexo, la institución matrimonial quedará seriamente afectada. Fabricar moneda falsa es devaluar la moneda verdadera y poner en peligro todo el sistema económico. De igual manera, equiparar las uniones homosexuales a los verdaderos matrimonios, es introducir un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social.
Se dice que el Estado tendría la obligación de eliminar la secular discriminación que los homosexuales han padecido por no poder acceder al matrimonio. Es, ciertamente, necesario proteger a los ciudadanos contra toda discriminación injusta. Pero es igualmente necesario proteger a la sociedad de las pretensiones injustas de los grupos o de los individuos. No es justo que dos personas del mismo sexo pretendan casarse. Que las leyes lo impidan no supone discriminación alguna. En cambio, sí sería injusto y discriminatorio que el verdadero matrimonio fuera tratado igual que una unión de personas del mismo sexo, que ni tiene ni puede tener el mismo significado social. Conviene notar que, entre otras cosas, la discriminación del matrimonio en nada ayudará a superar la honda crisis demográfica que padecemos.)

Se hace difícil ver como la regulación de las uniones entre personas del mismo sexo pueda atentar contra la familia tradicional a pesar de la oscura analogía de las monedas falsas. Es como si los obispos pensaran que la regulación originará una realidad ahora inexistente. Sin embargo es al contrario, las parejas no tradicionales con miembros del mismo o de diferente sexo existen ya y están ampliamente extendidas, como también lo está una cierta desvalorización del matrimonio tradicional en sus aspectos legales y religiosos. De esa presencia extensa y creciente nace precisamente la necesidad de regularización. Que se regularice la vida en pareja de personas que no pueden reproducirse no afecta más que la existencia de personas célibes por voluntad propia protegidas por leyes especiales, a pesar del actual problema demográfico. No es en absoluto incompatible una regularización de la situación de esas parejas con una legislación que proteja las familias tradicionales. No puede esperarse del hecho de que las parejas homosexuales no tengan protección legal que sus componentes se decidan por formar una tradicional. Equiparados o no, el matrimonio "verdadero" está en decadencia, tal vez los más interesados en conservarlo deberían ser los primeros en preguntarse por las causas reales de ello.

(c) Se alegan también razones de tipo jurídico para la creación de la ficción legal del matrimonio entre personas del mismo sexo. Se dice que ésta sería la única forma de evitar que no pudieran disfrutar de ciertos derechos que les corresponden en cuanto ciudadanos. En realidad, lo justo es que acudan al derecho común para obtener la tutela de situaciones jurídicas de interés recíproco.
En cambio, se debe pensar en los efectos de una legislación que abre la puerta a la idea de que el matrimonio entre un varón y una mujer sería sólo uno de los matrimonios posibles, en igualdad de derechos con otros tipos de matrimonio. La influencia pedagógica sobre las mentes de las personas y las limitaciones, incluso jurídicas, de sus libertades que podrán suscitarse serán sin duda muy negativas. ¿Será posible seguir sosteniendo la verdad del matrimonio, y educando a los hijos de acuerdo con ella, sin que padres y educadores vean conculcado su derecho a hacerlo así por un nuevo sistema legal contrario a la razón? ¿No se acabará tratando de imponer a todos por la pura fuerza de la ley una visión de las cosas contraria a la verdad del matrimonio?)
Existen problemas específicos de la relación de convivencia de tipo legal, económico, de derechos patrimoniales, etc, que en el caso de las parejas homosexuales no están contemplados. No se trata, como decíamos de crear esas parejas, que ya existen, sino de que sus problemas sean legalmente contemplados y resueltos y de facilitar la normalidad de una situación que es un hecho en la sociedad. La "verdad del matrimonio" está en entredicho a causa de la existencia de esas parejas y de otras, es esa presunta "verdad" la que trata de imponerse sobre la base de mantenerlas en la ilegalidad.

(5. Pensamos, pues, que el reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales y, más aún, su equiparación con el matrimonio, constituiría un error y una injusticia de muy negativas consecuencias para el bien común y el futuro de la sociedad. Naturalmente, sólo la autoridad legítima tiene la potestad de establecer las normas para la regulación de la vida social. Pero también es evidente que todos podemos y debemos colaborar con la exposición de las ideas y con el ejercicio de actuaciones razonables a que tales normas respondan a los principios de la justicia y contribuyan realmente a la consecución del bien común. Invitamos, pues, a todos, en especial a los católicos, a hacer todo lo que legítimamente se encuentre en sus manos en nuestro sistema democrático para que las leyes de nuestro País resulten favorables al único verdadero matrimonio. En particular, ante la situación en la que nos encontramos, “el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley” que pretenda legalizar las uniones homosexuales.)

No está establecida, ni mucho menos, esa presunta injusticia, como ya hemos comentado, ni se abandona a la familia tradicional por prestar esa cobertura a esas parejas. Más bien parece una injusticia el abandono de esas personas y de su precaria condición como parejas.

Los parlamentarios, católicos o no, tienen un compromiso con aquellos a quienes representan. En su calidad de parlamentarios, solo ese compromiso deben atender. No pretendemos que ese compromiso pueda resumirse ingenuamente en "atender la voluntad de los electores", es algo mucho más complejo. Es un derecho y un deber, como dice la nota, participar en la formación de opinión acerca de las necesidades sociales, siempre que se trate de una mera invitación. No es legítimo, en cambio, llamar a obedecer autoridades supuestamente superiores que solo se reconocen como miembro de determinadas ideologías, religiosas o no. Si un parlamentario encuentra conflicto a causa de esto, no debe resolverlo sino renunciando a su representación.

(6. La institución matrimonial, con toda la belleza propia del verdadero amor humano, fuerte y fértil, también en medio de sus fragilidades, es muy estimada por todos los pueblos. Es una realidad humana que responde al plan creador de Dios y que, para los bautizados, es sacramento de la gracia de Cristo, el esposo fiel que ha dado su vida por la Iglesia, haciendo de ella una madre feliz y fecunda de muchos hijos. Precisamente por eso, la Iglesia reconoce el valor sagrado de todo matrimonio verdadero, también del que contraen quienes no profesan nuestra fe. Junto con muchas personas de ideologías y de culturas muy diversas, estamos empeñados en fortalecer la institución matrimonial, ante todo, ofreciendo a los jóvenes ejemplos que seguir e impulsos que secundar. En este proyecto de una civilización del amor las personas homosexuales serán respetadas y acogidas con amor. Invocamos para todos la bendición de Dios y la ayuda de Santa María y de San José.)

Este es un caso de exposición ideológica que no es objeto de comentario en este artículo. Solo recordar que la institución a la que pertenecen los obispos parece proteger la institución matrimonial por encima del verdadero amor humano y, en ocasiones, en contra del mismo.

¿Para que sirve la Filosofía?

Desde el principio, el hombre se ha enfrentado al mundo y a sí mismo intentando conocer ambos. Y desde el principio, su capacidad para ello ha parecido dudosa. De esa duda parten dos corrientes generales.

Una pretende que, al menos en lo que se refiere a ciertas cuestiones, el hombre no puede conocer por sí mismo, sino por medios distintos a los que provee la facultad racional humana. Más que aprehender el mundo, el hombre puede ser informado sobre él. Las respuestas están disponibles para el hombre, y solo pueden serle reveladas mediante determinadas búsquedas. A esta postura pertenecen la religión y el esoterismo.

La otra, aún reconociendo las dificultades, las afronta y analiza y, desde ese primer paso, intenta responder. Esta última ha ido ganando terreno a la primera, reduciendo su campo de acción, aunque algunos pretenden recobrar algo de terreno mediante artificios.

La Filosofía y la Ciencia pertenecen a esta última corriente favorable a las posibilidades de las facultades humanas. La Ciencia, a su vez, ha recortado el terreno de aplicación de la Filosofía, hasta tal punto y con tal éxito, que algunos consideran que la Filosofía es solo una curiosidad histórica. En los últimos tiempos, esto suele expresarse mediante una pregunta: ¿Para que sirve la Filosofía?

Para empezar, debe servir tanto para plantear la pregunta como para responderla, o al menos, para cualquier reflexión en relación con ella. Esta no es una pregunta científica, y no tiene respuesta de ese tipo, pero no por ello se plantea que se deba renunciar a una reflexión racional, atenta a las leyes de la argumentación y la lógica y, por tanto, filosófica.

La restricción que la Ciencia ha impuesto a la Filosofía debe entenderse como la necesidad de aplicación de ciertos criterios y métodos a determinadas categorías de problemas. Esto significa que, para determinados problemas, el uso de la metodología científica proporciona un conocimiento más fiable que cualquier otra y que los juicios científicos deben prevalecer en virtud del poder superior de sus métodos y criterios justificados por la reflexión epistémica y la experiencia.

Pero también significa que el campo científico está claramente delimitado y que, fuera de esa categoría de problemas, por muy amplia que se estime, los criterios científicos pierden fuerza y capacidad de aplicación, dejando un vasto terreno que no puede abordarse científicamente y que, de nuevo, no tiene por qué ser abandonado a las corrientes religiosas y esotéricas. Podemos estudiarlos con cierta racionalidad sistemática que también cuenta con justificación epistémica y desde la experiencia. La Ética es un buen ejemplo de campo no abordable desde la Ciencia que la tradición humanista filosófica disputa a la religión y en el que la razón tiene un lugar.

Sobre la propia Ciencia es posible reflexionar filosóficamente. De hecho toda la reflexión de ese tipo es meta científica, sobre ello hablaremos más adelante…

Lo natural.

Parece existir una exaltación de lo “natural” que lo hace equivaler a lo genuino, lo superior o, incluso, lo éticamente aceptable.

Si por natural se entiende aquello que existe sin intervención del hombre, lo natural queda muy restringido. Una cocción de hierbas requiere de un proceso artificial que implica el uso del fuego, del agua y de recipientes y que es resultado de un razonamiento que no es, ni mucho menos, evidente. Por otra parte, reducir una fractura abierta en una pierna es un proceso artificial de origen cultural que evita los efectos de no intervenir: una muy natural cojera para toda la vida.

A veces se opone lo natural a lo sintético, a aquello que ha sido sintetizado químicamente. De nuevo, en esencia, cocer plantas en agua es un proceso químico. No está claro que hay en ese proceso que sea sustancialmente diferente de cualquier otro más complejo. Además, ese proceso puede consistir en eliminar los muy naturales efectos tóxicos de ciertas plantas. La síntesis química presenta evidentes ventajas frente al simple consumo de hierbas. En el proceso químico, el principio activo cuyo efecto se desea está plenamente identificado y se encuentra en la dosis requerida. Las hierbas, además de contener otros principios activos que causan igualmente efectos secundarios, contienen esos principios en concentraciones variables, dependiendo de varios factores, como el terreno en el que crecen o la cantidad de agua que reciben.

Desear una vida sana, plena y digna y hacer lo posible por ello con las facultades de las que el hombre dispone no es condenable, ni falso en ningún sentido. Ni hay nada intrínseco en lo natural que lo haga superior de ninguna manera a lo artifical.

Religión y el origen de la vida.

En el debate entre la religión y la ciencia existe un punto especialmente crítico en torno al origen de la vida. La religión centra sus esfuerzos en negar la posibilidad de que la vida pueda surgir de la materia inanimada. Todos hemos escuchado alguna vez ciertos cálculos estadísticos que, supuestamente, descartan cualquier posibilidad a un suceso como ese o, al menos, lo hacen tan improbable que es irracional defenderlo. (*)

Puede parecer que eso ha sido siempre así, que los cristianos, por ejemplo, han defendido siempre que el único mecanismo por el que un organismo puede aparecer es mediante la reproducción sexual o asexual de otro organismo preexistente, lo cual lleva inexorablemente a uno o a una pareja de organismos como mínimo creadas especialmente por un ser supremo.

Sin embargo, no es así.

Durante siglos, las distintas confesiones cristianas y la propia Biblia han defendido y nunca han enfrentado la existencia de un mecanismo capaz de engendrar seres vivos desde la materia inerte. El abandono de la defensa de ese mecanismo, como tantas otras cuestiones, se ha debido al rechazo del mismo desde la Ciencia.

Se trata de la vieja y hoy desacreditada hipótesis de la generación espontánea.

En el libro de los Jueces, en su capítulo 14, por ejemplo, podemos leer como todo un enjambre de abejas es creado por los despojos de un león. Basilio de Cesarea escribió que los animales y las plantas habían surgido del seno de la Tierra. San Agustín, que la generación espontánea era una manifestación del arbitrio de Dios. Santo Tomás de Aquino defendió que los reptiles nacen del fango marino putrefacto. Demetrio defendió igualmente la generación espontánea. Que los insectos, especialmente moscas, y los gusanos surgían de la carne putrefacta fué una creencia sostenida y nunca rechazada por la Iglesia, que llegó a manifestar respecto a Aristóteles, el defensor por excelencia de la generación espontánea, que se trataba de un “precursor de Cristo en los problemas de las ciencias naturales” Tampoco las iglesias protestantes se manifestaron nunca contra esas creencias y en sus ámbitos de predominio eran ideas igualmente admitidas.

Vemos que ni la propia Biblia ni las confesiones religiosas se han opuesto “desde siempre”a la idea de un mecanismo natural, obediente a las leyes físicas y químicas, capaz de engendrar vida. Como hacen la mayoría de confesiones moderadas, católicas y protestantes, con el mecanismo evolutivo, ese fué integrado en el sistema de creencias religiosas e incluso defendido por ellas.

La probabilidad de que de nuevo tengan que hacerlo crece conforme avanza el conocimiento científico. En cualquier caso, es falso que la religión tenga que enfrentarse necesariamente a este tipo de origen de la vida y, desde luego, que siempre lo haya hecho.

(*) Esos cálculos se basan en supuestos equivocados que ignoran la influencia de las leyes químicas y físicas que impiden que se trate de un proceso de azar puro.

¿Podemos saber?

Existe un escepticismo radical del cual nacen el relativismo y el solipsismo. Se basa en la imposibilidad de demostración lógica de la existencia de un mundo exterior a la mente. Hay otro escepticismo que acepta la existencia de un mundo exterior pero cuestiona que se pueda obtener algún conocimiento fiable del mismo debido a que no lo aprehendemos directamente, sino por mediación de nuestros sentidos y con la participación de un proceso mental previo a la misma aprehensión y conversión en conocimiento.

Ambos escepticismos radicales tienen razón, no existe un proceso lógico que establezca de manera definitiva y segura que exista un mundo exterior ni podemos, en todo caso, obtener un conocimiento inmediato de él. Ni siquiera el "cogito ergo sum" cartesiano resiste un buen examen escéptico.

Pero del reconocimiento de estas dificultades no se sigue, como pretenden estos escépticos radicales ni los solipsistas y relativistas, la consecuencia lógica de que no exista un mundo exterior o que el conocimiento sobre el mismo sea imposible. De la misma manera que no existe un razonamiento lógico impecable y definitivo que establezca lo primero, tampoco existe para afirmar lo segundo. Y puesto que una de las dos alternativas, con los matices que se quieran, ha de ser correcta, debemos aceptar una y rechazar otra, no desde el simple momento en que se plantea la dificultad, pues como vemos no favorece ni a una ni a otra, sino que tendremos que estudiar nuestra misma mente, el mundo que representa y la relación entre ambos.

Es decir, no podemos demostrar, en el sentido lógico o matemático, que el mundo existe o que no existe, ni que podamos extraer conocimiento de él o que no podamos, pero, desde el momento en que cualquiera de esas proposiciones pretenden saber algo del mundo y la mente, aún siendo para negarlo, se establece que es posible conocer algo.

Naturalmente, nadie es realmente un escéptico radical. Quien discute contigo no cree realmente que este discutiendo con una proyección de su mente, y nadie en su sano juicio cree que puede dejar de alimentarse o beber sin morir, o que nada le ocurrirá si se para ante una locomotora lanzada a 250 kilómetros por hora. Lo que el escéptico radical pretende es cuestionar el conocimiento científico o al menos alguna de sus afirmaciones.

Pero ese es el principal problema del escéptico radical, la dificultad que esgrime es aplicable a todo, al MUNDO como totalidad o al conocimiento de CUALQUIER aspecto de la realidad. Y lo mismo cabe decir del relativista, si afirma que el conocimiento científico es solo una construcción social o cultural propia de cada grupo, y que todas tiene el mismo contenido de verdad, lo mismo cabe decir de cualquier afirmación de conocimiento del mundo realizada en el seno de cada grupo incluida su propia afirmación de que el conocimiento es relativo, que sería tan cierta como aquella que afirma que es absoluto.

Pero no se puede aceptar que se puede extraer algún conocimiento del mundo sin aceptar que esa extracción será más o menos fiable dependiendo de las condiciones concretas en las que se realiza y de otras características determinadas. Lo cual nos lleva a la necesidad de una metodología que nace del simple estudio sistemático de esas condiciones y características.

Ese estudio milenario ha producido el más potente sistema de conocimiento, la ciencia, que ha probado su eficacia por sus mismos productos, tanto teóricos como tecnológicos. Los primeros con su capacidad de predicciones cumplidas, algo dudoso si no fuera sólido en alguna medida, y los segundos simplemente funcionando, lo cual no puede ser asignado con facilidad a la ilusión o la casualidad.

Una vez aceptada la disolución de la dificultad general del conocimiento, es decir, una vez rechazadas las afirmaciones solipsistas y relativistas, y aceptado el hecho de que existe un mundo exterior a nuestra mente y que puede conocerse algo del mismo, no cabe ya referencia a ella en ninguna circunstancia, algo que ocurre con cierta frecuencia.

No puede hablarse vagamente de que nada es seguro, pues lo hemos rechazado implícitamente al reconocer un mundo y buscar conocerlo. Aquello que se ponga en duda en cuanto a su valor como saber, debe hacerse desde el cuestionamiento lógico y metodológico de cada afirmación concreta, no desde el recurso a esa dificultad general que ya hemos rechazado.

Posible e imposible.

Posible es aquello que puede ser real o llegar a serlo. Por lo tanto, es imposible aquello que no es real o que no puede llegar a serlo. También puede decirse que es posible aquello que no es necesariamente falso, e imposible aquello que es falso necesariamente.

La imposibilidad necesaria de una proposición se hace evidente cuando implica una contradicción lógica. El ejemplo más famoso es el de Epiménides y su frase “Todos los cretenses son unos mentirosos”. Siendo Epiménides mismo cretense, la frase no puede ser cierta, porque entonces Epiménides sería mentiroso y por tanto lo que él nos dice sería falso. Por otro lado, la frase tampoco puede ser falsa porque se deduciría entonces que los cretenses son veraces y por tanto Epiménides diría la verdad, y él es cretense. Por tanto este enunciado no puede ser ni verdadero ni falso, implica una contradicción y debe ser descartado.

Pero, ¿Qué ocurre cuando una proposición no implica una contradicción lógica? En principio, que no puede determinarse lógicamente su imposibilidad, pero, como la posibilidad no implica realidad, una proposición puede no ser real y no alcanzar a serlo nunca y, por tanto, ser a todos los efectos imposible.

Que la Tierra sea redonda, cuadrada o triangular son posibilidades. Ninguna de ellas es una proposición imposible desde el punto de vista lógico. Pero sabemos, con una certeza casi absoluta, que la Tierra es redonda. El origen de nuestra certeza es básicamente empírico, y debemos calificar a las proposiciones antagonistas como falsas, antes que como imposibles.

Pero existe otra fuente de nuestro conocimiento acerca de la forma de la Tierra que implica leyes muy sólidas como la de la gravedad que hace que la forma de los planetas sea necesariamente redonda. Incluso el hecho de la imperfección de la esfericidad de los planetas puede ser predicha a partir de ciertas leyes.

En estas condiciones, las proposiciones que se enfrentan a las leyes son, a todos los efectos, imposibles.

Religión en las escuelas públicas.

En el colegio no solo se enseñan conocimientos procedentes de las ciencias sociales y empíricas. Asignaturas como la educación física o gimnasia, o los idiomas, por ejemplo, han sido impartidas tradicionalmente en las escuelas.

El criterio que decide la inclusión de asignaturas de este tipo puede ser la utilidad futura, la formación integral o la salud.

La religión presenta rasgos académicos y aspectos de estudio desde la Historia, la Psicología o la Antropología, por ejemplo. Sin embargo, la religión “desde dentro”, el estudio o la formación en el dogma y la en “verdad revelada” son cuestiones muy diferentes que pertenecen sin duda a la práctica concreta de cada religión.

En una sociedad acofensional o con vocación laica la inclusión del estudio de una religión como parte de la práctica de la misma difícilmente puede proceder de iniciativas públicas o estatales. No es una disciplina académica, no afecta a la salud o el desarrollo del niño ni forma parte objetivamente de la necesaria formación humanista de las personas. Solo obedece a criterios subjetivos.

Esta es una de esas cuestiones que no se deciden por mayoría O es una disciplina académica o no lo es, o influye en el desarrollo de las personas o no lo hace.

Sin embargo pudiera plantearse la enseñanza de una religión concreta como un servicio público a una mayoría practicante de una religión en ámbitos estatales o locales que lo reclamara como tal.

Aparte de los problemas que pudiera plantear a propósito de los gastos que algo así ocasiona y los relativos a quien debe acometerlos, suele plantearse aquel de si debe formar parte del currículo estudiantil. También se cuestiona si para aquellos estudiantes que no solicitaran ese servicio de debiera imponer una asignatura alternativa.

Me parece que ambas cuestiones tienen difícil justificación desde criterios estrictamente ceñidos a esa concepción de servicio prestado. Esa categoría genera derechos, pero no obligaciones para quienes no los solicitan o no quieren utilizarlos. (Asignatura alternativa obligatoria). Si yo no uso el servicio de correos no estoy obligado a comunicarme de alguna manera alternativa, bien puedo escoger no hacerlo en absoluto.

Y que aquellos que si eligieran acogerse a ese servicio lo hicieran con consecuencias curriculares sería injusto, tanto si la utilización de ese servicio devengara en beneficios como si lo hiciera con cargas, pues la utilización de un servicio no puede generar ni lo uno ni lo otro en cuestiones ajenas al propio servicio en cuestión.

Personalmente no me opongo a que se usen las escuelas públicas para impartir religión a quienes lo solicitaran, siempre que no generaran gastos a quienes no los utilizaran ni fuera origen de beneficios o perjuicios para nadie.

La entrevista de Iker Jimenez

La entrevista que esta tarde ha concedido en la página de la Cadena Ser el periodista de asuntos pseudo-científicos, Iker Jiménez era esperada con impaciencia por escépticos y seguidores del programa Milenio 3, dado el ambiente que se había creado en distintos blogs y foros de Internet desde que se conoció la convocatoria de la Alerta OVNI por parte de Jiménez y su programa con la cobertura activa de la SER.

Los escépticos no confiaban en que contestara preguntas comprometidas, sobre todo desde que se supo que varias personas habían enviado un gran número de preguntas de ese tipo. Jimenez contestó a bastantes de ellas, incluso puede que contestara a más de las que formulaban críticos que a las que enviaban sus seguidores. Jiménez presenta esto como una muestra de su valentía y honestidad:

56. replica 18:42 P. Iker, veo k estás recibiendo críticas, sólo decirte que somos muxos los que estamos contigo. ¿Crees que el 25J podremos ver algo "raro"? R. No lo sé. Pero sé que estáis hay. Eso es lo importante. Estoy seleccionando todas las criticas y respondiéndolas una a una. ! que no se diga!

Sin embargo, el formato elegido para la entrevista, bastante habitual, no permite saber que criterios se siguieron en la selección de las preguntas ni cuales se eliminaron. Según algunos comentarios de personas que dicen haber mandado preguntas, no fueron seleccionadas las más críticas de entre ellas. La imposibilidad de réplica por parte de quienes eran respondidos y el hecho de que hubiera una preselección de las que se iban a contestar resta algún grado de valentía a Jiménez, en mi opinión.

En cualquier caso la entrevista fue la que fue.

Jiménez contesta a 75 preguntas, algunas de ellas, como dije, muy críticas, e incluso algunas hostiles. Sus respuestas consisten en evasivas:

55. puri 19:31 P. ¿Te consideras con suficiente formación científica como para cuestionar los planteamientos de la ciencia cuanto éstos no encajan con tu idea de lo que es misterioso? R. La ciencia tendría que cuestionarse la labor que estan haciendo algunos de sus representantes en los medios de comunicación.



En mucho autobombo:

47. PETROLEO 19:02 P. Hola Iker, ¿qué opinais de los que os acusan de ser poco rigurosos y no contrarrestar con suficiencia las fuentes de los temas que os llegan??? Un saludo y vigilad el cielo. R. OS RESPONDO CON UNA ULTIMA NOTICIA. LA FEDERACION DE ASOCIACIONES DE RADIO Y TELEVISION DE ESPAÑA ACABA DE CONCEDER A IKER JIMENEZ -DIRECTOR DE MILENIO3- LA ANTENA DE ORO -UNO DE LOS PREMIOS MAS IMPORTANTES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION ESPAÑOLES-. EL JURADO HA DESTACADO LA RIGUROSIDAD DE LA INFORMACION QUE OFRECE SOBRE CASOS QUE NO TIENEN AUN EXPLICACION, MEDIANTE TESTIMONIOS Y MEDIOS AGILES. Acaba de concederse. Gracias a TODOS.

O en, directamente, no contestar alguna de ellas:

74. Armentia 19:36 P. En el blog de Javier Armentia (javarm.blogalia.com) hay una explicación del propio Armentia sobre por qué aceptó participar en ese circo y para qué. Y, aunque se pueda discrepar, no olvidemos que Armentia es uno de los astrofísicos más respetado de nuestro país, y que tú vendes humo, que él habla con pruebas y tú sólo con testimonios. Y si hay decendia a la hora de seleccionar preguntas, que se demuestre y se publique esta respuesta. R. Bonito disfraz el de televisión.

Algunas preguntas, hechas por amigos confesos del periodista, parecen demasiado del tipo de "me alegra que me hagas esa pregunta" , que Iker aprovecha para tirar contra Magonia:

64. Bernardo 19:14 P. Hola de nuevo, Maese Iker, de nuevo te agradezco la referencia que hicistes de mi en la radio, sin duda me sorprendio sadisfactoriamente. ¿Qué equipo básico de observación deberia de llevar para el 25-J? ¿De verdad que hay individuos que quieren sabotear el 25-J y que gananrian con ello es caso de ser verdad? R. Si tienes videocamara, cámara digital, prismáticos...será fabuloso. Un tlescopio ya podría ser de lujo. Ten en cuenta que en esta noche INTERACTIVA podréis remitirnos las imágenes. Pero sobre todo debes tener muchas ganas de pasar una noche escuchando a tanta gente amiga. Lo demas , en el fondo, puede hasta sobre. En cuanto a lo otro: Eso si que es alucinante. Que personas adultas quieran perder el tiempo inflando y metiendo dentro bombillas que lo mismo provocan algún incendio. ¿ Eso es ciencia?

O contra Armentia:

70. elvi 19:20 P. He estado leyendo con curiosidad esta charla. ¿Nos podrías explicar cuál y por qué surge la polémica a la que se refieren algunos en sus preguntas? ¿Es un malentendido o está apoyada por intereses políticos/personales? R. Una pregunta que os hago a todos: ¿ Que credibilidad puede tener una persona ataviada con capa de juez y sentado junto a Aramis Fuster en esa maravilla de programa llamado El Castillo de las mentes prodigiosas? Pues bien, este ha sido uno de los inductores. Un "científico" que se ha prestado a esa función cultural ya me lo dice todo. Así son los inductores de esta polémica. Yo solo digo una cosa, unos participan y ganan dinero en esos lugares. A nosotros, nos han dado la antena de oro por la rigurosidad. Dos modos de ver las cosas. ¿ con cual te quedas?

Niega varias veces haber mentido a algunas instituciones científicas acerca del verdadero objetivo de la convocatoria e incluso dice contar con muchas instituciones científicas a pesa de la huida de algunas de ellas, entre ellas, según declara, el Observatorio de Arecibo, famoso sobre todo por Carl Sagan, que trabajó con él y cuya administración corresponde a la Universidad de Cornell, "la de Sagan".

En definitiva, pocas cosas interesantes muchas evasivas y abundante insatisfacción para quienes esperábamos algunas respuestas.

Jimenez se indigna e indigna.

La convocatoria para realizar una alerta OVNI por parte de Iker Jiménez y el programa de la cadena SER Milenio 3 ha provocado montones de mensajes en foros y bitácoras. Después de que Magonia convocara a un concurso destinado a crear estímulos artificiales para comprobar la calidad de los testigos y un grupo llamado Fabricantes de OVNIS anunciara una iniciativa cuyo sentido se adivina fácilmente del nombre de quienes la patrocinan, se encendieron aún más las posturas.

La respuesta de Iker Jiménez a Javier Armentia tras la denuncia de este último sobre las maniobras poco claras mediante las cuales el programa trata de ganarse la colaboración de instituciones científicas ha sido el último episodio de esta historia.

Personalmente creo que esas convocatorias, sobre todo con el despliegue publicitario y de medios con los cuales cuenta esta de Jiménez, deben mover a algún tipo de declaración por parte de los escépticos. Se debe hacer llegar al público el hecho de que las afirmaciones en el sentido de que tras los OVNIS existe una inteligencia extraterrestre no tienen ningún soporte, que las posibles explicaciones son muchas, pero no todas tienen la misma probabilidad de confirmarse.

Jiménez y su equipo presentan la cuestión como un atentado desmesurado e ilógico contra unas personas que solo aspiran a pasar una agradable velada en torno a su inocente afición. Él mismo se muestra sorprendido e indignado por las protestas escépticas, sin embargo Jiménez no es nuevo en esto.

Conoce de sobra los argumentos que van en contra de sus afirmaciones y jamás los ha refutado, limitándose a defenderse mediante la apelación a la libertad de expresión, como si denunciar el error y hacer llamadas a que no se divulgue equivaliera a impedir la libre expresión de la opinión, sobre todo cuando esta se hace pasar por verdades incuestionables. Jiménez es uno más de los divulgadores de misterios que usan de recursos como acusar a científicos, políticos y a cualquier persona que se oponga a sus opiniones de traidores, de agentes de fuerzas oscuras y de cómplices, cuando no de autores, de coacciones, amenazas e incluso asesinatos. Y una vez más, como si fueran verdades evidentes e incuestionables.

Es curiosa esta supuesta indignación de Jiménez, cuando él, como otros de su gremio, jamás ha dejado de reaccionar de manera virulenta contra la simple crítica de sus opiniones.
Porque lo que a Jiménez parece molestar es que se le cuestione el papel que ha asumido de defensor de la verdad y la libertad, aunque atente contra ambas con frecuencia. Contra la primera haciendo pasar de manera implícita o explícita sus creencias por cuestiones contra las que solo se puede discrepar por motivos bastardos, y contra la segunda cuando, por ejemplo, amenaza con querellas y pleitos a sus críticos implicando a los departamentos jurídicos de las empresas en las que trabaja esperando intimidar a aquellos que se le enfrentan.

¿Solo lo falso es cierto?

Las hipótesis se construyen libremente por la imaginación de quien se pregunta por cualquier aspecto del mundo, tratando de explicarlo o de solucionar aspectos problemáticos de hipótesis anteriores. Los cambios en las teorías siempre han estado motivados por alguna discrepancia entre las predicciones de las antiguas y las observaciones empíricas reales. Esto ha ocurrido tan frecuentemente que hemos admitido que las teorías no pueden declararse definitivamente verdaderas por muchas pruebas que las apoyen, siempre es posible esperar un ejemplo que las refute. Por muchas observaciones que hagamos, siempre serán un subconjunto finito de las posibles.

Una vez propuestas, las hipótesis deben ser sometidas a contrastación con las observaciones y la experimentación. Aquellas que no superan esta prueba, son rechazadas, por ello, solo sobreviven la "más aptas". Esto significa que aunque no se pueda decir de una teoría que es totalmente verdadera, si que es la mejor disponible, la más potente.

Popper vino a decir que aunque es imposible demostrar que una teoría es verdadera, es posible demostrar que es falsa. Por usar el famoso ejemplo de Popper, la observación de un cuervo que no es negro implica lógicamente que la afirmación "todos los cuervos son negros" es falsa. Aristóteles ya explicó que no es lícito pasar de la verdad de una proposición particular positiva a su correspondiente universal, pero que si lo es hacerlo de la falsedad de una a la de la otra.

La consecuencia de esto será para Popper que una hipótesis será científica si es falsable, si no está protegida contra la falsación. Y desde luego parece muy razonable. Si una descripción del mundo no es falsable supone que el mundo puede comportarse de cualquier manera, puede ocurrir cualquier cosa o puede tener cualquier propiedad sin entrar en conflicto con el enunciado. Y solo se puede considerar que una hipótesis proporciona algún conocimiento sobre el mundo si excluye algunas observaciones posibles.

De acuerdo, pero sin exagerar

La epistemología de Popper es valiosa, pero no conviene tomarla al pie de la letra. De hecho, la práctica científica diaria no se ciñe a sus postulados.

Popper rechaza totalmente la inducción e incluso la noción de probabilidad de certeza. Solo lo falso es seguro. Sin embargo las teorias científicas se aceptan principalmente por su éxito, porque sus predicciones son verdaderas antes que por resistir la falsación. Es irracional ignorar las falsaciones, pero también lo es abandonar una teoría debido a una observación que aparentemente suponga una falsación cuando esa hipótesis tiene un alto poder predictivo.

Si seguimos al pie de la letra el criterio falsacionista, la teoría newtoniana de la gravedad debió ser abandonada en el siglo XIX cuando se detectaron las anomalías en la órbita de Mercurio. Cualquier dilación en rechazar la teoría newtoniana debe ser considerada por un falsacionista estricto una estratagema. Sin embargo, parece muy racional aparcar momentáneamente esa dificultad en vista del éxito general de la teoría, en espera de que esas dificultades puedan ser asumidas.

Porque el falsacionismo estricto olvida que no solo las hipótesis pueden estar equivocadas, también las observaciones y los experimentos pueden estarlo.

La observación de que la Tierra no se mueve y de que es el Sol el que se desplaza en el cielo es solo un ejemplo de los muchos que existen en la ciencia de rechazo de enunciados observacionales.

Los experimentos son dirigidos por la hipótesis subyacente y dependen de muchas hipótesis adicionales que pueden ser las equivocadas, por ejemplo, la hipótesis de que una aguja en un dispositivo marca con exactitud una magnitud dada.

Freud y la Histeria.

Freud aprendió de Charcot el concepto de la causa psicogénica de la histeria. Charcot mantenía que la histeria era causada por “ideas parásitas” procedentes de traumas, entre los que se podían encontrar algunos de raíz sexual.

Freud, y su colega Breuer, junto al que escribió “De los mecanismos psíquicos de la histeria”, pensaban que las causas estaban en recuerdos que los pacientes no podían o no querían recuperar. Charcot también lo mantenía así, pero no consideraba necesaria la identificación de la idea concreta para la curación. En cambio Freud y Breuer si consideraron buscar el recuerdo exacto causante de la histeria. Freud desarrolló la técnica que llamó de asociación libre para encontrar esos recuerdos que, en su hipótesis, permanecían necesariamente ocultos. Dado que la sexualidad es el aspecto de la vida que se solía mantener más oculto a la vista ajena, que con más reticencia se avenían a contarle los pacientes, se vieron pronto enfrentados al sexo como el fundamental componente de los recuerdos “ocultos” y, por tanto, como el principal causante de histeria.

Breuer no dejó de lado otras causas, pero Freud, que aspiraba a “desvelar todos los secretos con una única llave”, se propuso explicar todos los casos de histeria mediante recuerdos ocultos de tipo sexual. Según Bruer, esta fue la causa principal de su distanciamiento.

Hasta tal punto fue así que Freud solo consideraba una “confesión” completa cuando incluía un relato sexual, negándose a creer a sus pacientes que aseguraban que no había ningún trauma sexual en sus vidas. Una de sus pacientes aseguró a Freud que su crisis de angustia se debía a ciertas curas desagradables debidas a una lesión. Freud escribió: “ Por supuesto, rechacé tal deducción y trate de buscar otra más acorde con mis opiniones de la etiología de la neurosis”. Freud confesó que dirigía la atención de sus pacientes hacia “las ideas sexuales, pese a sus protestas”.

Freud se comportaba con sus pacientes como un inquisidor en busca de confesiones. En 1909, Freud trató a Dora una joven aquejada de catarro y dolores abdominales, entre otros síntomas, que Freud achacó a la masturbación. También se empeñó en que la tos persistente de Dora se debía a una fantasía erótica que incluía una felación. Ya que había decidido de antemano que Dora se masturbaba en su infancia, acosó a la joven una y otra vez, discutió con ella, la arrincono, la bombardeó con interpretaciones hasta que la joven, incapaz de seguir negando aseguró que, cuanto menos, ella no recordaba nada de eso. Durante una de las sesiones, Dora jugueteaba nerviosa con su bolso abriéndolo y cerrándolo y Freud lo interpretó a su manera:

“ El bolso de Dora, que se abría por la parte superior, como es habitual, no era más que una representación de sus genitales, y su jugueteo, al abrirlo y meter el dedo, no hacía más que afirmar mediante una pantomima inequívoca y despreocupada qué le gustaría hacer con ellos, en una palabra: masturbarse”

Freud escribió que su teoría de la seducción estaba apoyada por 18 casos acabados con éxito terapéutico, sin embargo, semanas y meses después Freud confesaba con desesperación en cartas privadas que no había acabado con ningún caso.

Al final, Freud abandonó la teoría de la seducción. En su autobiografía escrita en 1925, Freud declararía que “aquellas escenas nunca tuvieron lugar, eran historias que inventaron mis pacientes”

Verdaderos escépticos.

Creo que hay muy buenas razones para el escepticismo organizado, como escribí aquí Pero existen algunos peligros para el propio movimiento escéptico derivado de la falta de comprensión de lo que significa.

El escepticismo como opuesto a las afirmaciones de las pseudo-ciencias es una actitud personal referente al terreno epistémico. Supone una mentalidad abierta a las evidencias y capaz de análisis de las propias convicciones. Es una postura absolutamente alejada de dogmatismos.

Por ello, no todos los que atacan las especulaciones de esos campos pueden ser llamados escépticos. Muchas personas no creen en la realidad de los fenómenos paranormales y otros tipos de fenómenos misteriosos sin mantener en absoluto una actitud escéptica. Lo hacen desde un dogmatismo que en muchos casos cabe calificar de fanático. Si preguntas a esas personas por las razones de su incredulidad solo pueden alegar un vago sentimiento a veces expresado de manera burda mediante frases como “eso son tonterías”. Las actitudes de esas personas en los debates con los defensores de las pseudo-ciencias no suelen ser más que las mismas de los más fanáticos y crédulos del campo esotérico. Y, debido a la identificación trivial con los escépticos en el sentido de que ambas posturas niegan la realidad de esas afirmaciones, suelen perjudicar a los escépticos genuinos.

También a veces los propios escépticos causan confusión al adoptar posturas poco o nada argumentativas basadas en burlas o alusiones personales, en generalizaciones e identificaciones de todos los oponentes con una misma clase o en actitudes despreciativas hacia ellos.

Por eso es aconsejable mantener posturas escépticas genuinas y no permitir que se nos confunda con los negadores dogmáticos.

Es cierto que en ocasiones no es posible debatir con algunas de las personas con las que uno coincide en los diferentes foros, pero en esos caso es mejor, me parece a mí, renunciar al debate antes que caer en ciertas actitudes que solo perjudican a los escépticos.null

Nuevo post y nueva posta.

Personalmente, encuentro bastante cargantes y directamente feos los discursos que introducen referencias a los dos sexos en cada frase. "los trabajadores y las trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas, europeos y europeas..."

Se pretende justificar esa cargante costumbre en las connotaciones sexistas del uso de uno solo de esos términos. Al parecer, decir en el discurso "los trabajadores" es hacer un ejercicio de discriminación sexual o al menos un síntoma de que quien habla así alberga sentimientos discriminatorios.

Se dice incluso que el uso del genérico "nosotros" en referencia a un grupo compuesto minoritariamente por miembros del sexo masculino, es algún tipo de agresión a los miembros del sexo femenino. Se dice en esos casos que lo correcto sería usar el genérico femenino, "nosotras", como demostración de limpieza de conciencia y usos.

A mi me parece que el problema de la discriminación por razones de sexo existe y que las actitudes sexistas son reales, pero creo que debe abordarse en su complejidad y no atacando unas apariencias que además se basan en equívocos e interpretaciones de las intenciones de quien habla, instando a la construcción de frases esteticamente feas y discursos aburridos.

El lenguaje es una convención útil cuyo objetivo es la comunicación. En la lengua castellana, existen los géneros masculino y femenino, pero no equivalen a los sexos. Una mesa es de género femenino, pero no significa que sea una hembra. Y al grupo de dos personas se le llama pareja, una palabra de genero femenino, aunque el sexo de sus componentes pueda ser masculino.

Los guardianes de lo políticamente corecto en el lenguaje, si son coherentes con sus objeciones, deben tenerlas respecto a esta frase, si es que los sujetos de la misma son de sexo masculino:

" La pareja de la Guardia Civil se sentó a la mesa"

y preferirán esta otra:

"El parejo de lo Guardio Civil se sentó al meso"

En fin...

Guiño darwiniano a Lamarck

Existe un curioso mecanismo que parece unir la concepción darwinista de la evolución con la lamarkista.

Se trata del llamado "Efecto Baldwin" en honor de James M. Baldwin, el psicólogo americano que lo descubrió.

Se puede resumir así: lo aprendido puede hacerse innato. Desde luego, dicho así, parece algo más propio de las hipótesis de Jean Baptiste Lamarck acerca de la herencia de los caracteres adquiridos que de la ortodoxia de la teoría de la Evolución. Sin embargo, opera mediante mecanismos estrictamente darwinianos.

Se basa en la similitud básica a nivel de la arquitectura cerebral entre los dispositivos cerebrales innatos, formados por conexiones sinápticas reforzadas; y el aprendizaje, que consiste, precisamente, en crear y reforzar determinadas conexiones sinápticas.

Veamos como funciona mediante un ejemplo.

En 1953, unos primatólogos japoneses descubrieron como Imo, una macaco de una población bajo estudio en isla de Japón, había aprendido a lavar los boniatos que los investigadores dejaban en la arena de la playa para alimentar a la población de macacos que había crecido hasta el punto de que los recursos naturales no eran suficientes para sostenerla.

Pronto esa actividad de Imo fue aprendida por sus compañeros de juego y, al cabo, toda la población aprendió a lavar su comida antes de consumirla, hasta el punto de que los nuevos macacos nacidos aprendían ese comportamiento de sus padres. Tras la estancia de uno de los ejemplares en una isla vecina, los macacos de esta otra isla aprendieron a su vez y adoptaron la técnica de lavar los boniatos. Imo fue aún más lejos y descubrió una técnica mucho más compleja consistente en lavar el trigo mediante el método de echarlo al agua. Aunque con mayor dificultad, esta nueva técnica también se extendió entre la población de macacos.

Dada la escasez de alimentos y la importancia que por ello adquirió para la supervivencia de los macacos los proporcionados por los investigadores, esa actitud, que permitía comer más y en mejores condiciones se convirtió en importante, evolutivamente hablando.

Los animales que mejor y más rápido aprendían la técnica poseían una ventaja selectiva. Fue la invención y su extensión lo que hizo visible ese rasgo para la selección natural. La dotación natural para el aprendizaje de la nueva técnica fué fuertemente seleccionada.Una perfecta imitación de la herencia de los caracteres adquiridos.

Algo parecido ocurre con los chimpancés y sus técnicas para extraer termitas de sus hormigueros o las usadas para abrir frutos y semillas de cáscara dura.

A la asimilación genética, como también se conoce el Efecto Baldwin, se le considera la explicación para la aparición de las almohadillas en las rodillas de los avestruces, o de las trompas de los osos hormigueros, por ejemplo, así como la del comportameinto de ciertas aves que usan piedras cara cascar huesos.

Resumiendo, la asimilación genética implica, primero, un estímulo ambiental favorable a cietos comportamientos y sus efectos, la difusión de esos comportamientos y una predisposición genética en ciertos individuos para ejecutarlos. Estos individuos serán favorecidos por la selección natural.

Freud y la cocaína.

El conocido como “episodio de la cocaína” es uno de los que mejor demuestran el deseo obsesivo de Sigmund Freud por alcanzar la fama y la gloria y sus métodos para cubrir cualquier aspecto negativo de su figura.

En 1884 la cocaína era una sustancia insuficientemente estudiada. Aquel año Freud leyó un artículo de un médico militar, Theodor Aschenbrandt, en el que se describían los efectos de la cocaína administrada a soldados que padecían agotamiento.

Freud emprendió una investigación inmediata acerca de la literatura médica sobre el tema y descubre un artículo de Bentley y Palmer acerca del tratamiento del hábito de la morfina por medio de la cocaína.

El colega y amigo de Freud, Ernst von Fleischl-Marxow, era un adicto a la morfina y Freud le asegura que puede ayudarle a superarlo mediante un tratamiento con cocaína. Fleischl-Marxow acepta.

En solo unos días, Freud concluye que no solo ha curado a su colega, Fleischl-Marxow, sino que además ha sido capaz de curar un caso de catarro gástrico mediante la administración oral de una sola dosis de cocaína al paciente al que de inmediato le desaparecieron los dolores. Unas semanas, muy pocas, después, Freud tiene listo un artículo que publica al día siguiente de su conclusión. En ese trabajo Freud aseguraba que la cocaína no producía adicción y atacaba duramente a quienes se mostraban críticos con ella. Freud mismo había empezado a consumir cocaína en abril de1884 y se convierte en un fervoroso defensor de la cocaína, de sus virtudes y de la extensión de su uso.

Pero, inexorablemente, los perjuicios del uso terapéutico de la cocaína fueron haciéndose evidentes. Fleischl-Marxow sustituyó la adicción a la morfina por una adicción a la cocaína con efectos devastadores, y se conocieron cientos de casos de adicción en todo el mundo.

Las acciones de Freud en su defensa, pues se había convertido en el centro de las críticas, son muy reveladoras.

Comenzó asegurando que la cocaína solo producía adicción cuando existía previamente una a la morfina, algo que enseguida se demostró equivocado. Respecto a Fleischl-Marxow, de cuyo caso había publicado Freud un artículo presentándolo como un ejemplo de curación de la adicción a la morfina en “solo diez días” sin que hubiera experimentado necesidad de seguir con la coca, en épocas posteriores hablaba de que él mismo Fleischl se había envenenado con cocaína al inyectársela en lugar de tomarla por vía oral. Censuró públicamente la inyección subcutánea de la cocaína y llegó a escribir que “ nunca contemplé la posibilidad de que la droga se administrara mediante una inyección”. Según Freud lo presentaba, Fleischl-Marxow había cometido una locura con consecuencias nefastas que el propio Freud nunca habría recomendado.

Sin embargo, Freud, en un artículo de 1885, “Sobre los efectos de la cocaína”, había escrito: “Debería recomendar sin vacilar que se administrara la cocaína mediante inyecciones subcutáneas”. Y, mencionando expresamente a su colega, en su artículo “Cocaína y sus sales” de 1884, Freud había escrito: “ El doctor Ernest von Fleischl-Marxow… ha establecido que la cocaína, aplicada con inyecciones hipodérmicas, resulta ser un adyuvante de inestimable valor contra el uso continuado de la morfina. Este hecho por si solo podía dar un lugar duradero a este tratamiento entre los tesoros del médico.”

En marzo de 1885 Freud escribía un artículo, el mismo en el que recomendaba sin reserva las inyecciones subcutáneas de cocaína, en el que declaraba que “no se había manifestado ninguna habituación a la cocaína”, en abril escribía a su prometida previniéndola del peligro de habituarse a la cocaína, y en agosto, cuando el artículo recibía reseñas favorables a sus ya por el conocidas falsas afirmaciones, manifestaba públicamente su satisfacción sin advertir del peligro.

¿Era Freud un falsario consciente o simplemente su juicio se encontraba cegado por su ambición? ¿ Y el Psicoanálisis que él fundó, una evidente pseudociencia, es un caso de lo primero o de los segundo?.

Fiestas de Moros y Cristianos.

Amigos, son las fiestas de Moros y Cristianos en mi ciudad, Elda, Alicante. Desfiles con más de 6.000 festeros repartidos en 9 comparsas de ambos bandos, recorriendo varios kilómetros por las calles de la ciudad. Cada comparsa va acompañada por varias bandas de música de entre las mejores de la Comunidad Valenciana, de gran tradición musical. Cada escuadra dentro de las comprasas tiene su propio traje, de gran originalidad y belleza. Los actos se suceden, guerrilas, desfiles, desfiles infantiles con más de 3.000 niños...

Los cuartelillos son lugares de reunión de las escuadras, cada comparsa tiene entre 20 y 100 escuadras, y cada una de ellas tiene su cuartelillo. Además, existen cuartelillos de grupos de amigos que no desfilan. En los cuartelillos se bebe, se come, se baila y lo que se tercie. La mayoría son abiertos a todo el que desee entrar, puede comer, beber y bailar sin pagar nada.

Cuatro días en los que apenas se duerme y se "castiga" al cuerpo.

Están ustedes invitados a visitarnos.

ELDA, ALICANTE.FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS. DESDE EL 3 DE JUNIO HASTA EL 7 DE JUNIO.

¡¡¡ME DESPIDO DE USTEDES HASTA EL MARTES!!!!