Liberalismo extendido
Mientras que el nacionalismo entiende la libertad como el cumplimiento de un orden natural prefijado por la historia, la lengua, los orígenes, la tradición, etc., o las teorías derivadas del marxismo ponen arbitrarios límites a la libertad individual, el liberalismo entendió la sociedad como la libre confluencia de voluntades individuales.
En principio, una sociedad que se estructura por medio del juego libre de las autonomias del individuo, que permite que cada cual escoja su lugar en ella, no parece injusto.
El liberalismo ha aportado la afirmación del carácter individual, algo imprescindible para la formulación y la propia existencia de las libertades individuales modernas, de conciencia, de prensa, etc., y es la principal ideología implicada en la actual concepción del Estado Democrático.
Sin embargo, hay algo de artificial en el concepto del hombre en el liberalismo que puede ser la fuente de la incapacidad práctica de esta ideología para afrontar de manera efectiva la existencia de una fuente real de dominación de unos sobre otros, restando oportunidades a los más débiles.
En el liberalismo, el hombre es autolegislador, sin más límite que el que impone su famoso principio: "mi libertad acaba donde empieza la del otro".
Entendiendo que la sociedad es un juego libre de individualidades, se establece la competencia, que siempre es decidida por el grado de poder que cada una de esas voluntades pueda usar, surgiendo relaciones de dominio. Cada ámbito privado de libertad es así desigual, fruto de la competencia y de los mecanismos a su servicio.
El liberalismo entiende la ley como un freno o límite a la voluntad, y, por tanto, debe restringirse la intervención del estado todo lo posible.
Pero el liberalismo extraé al hombre de su contexto natural. El hombre no tiene existencia real aislado de la sociedad, el hombre autónomo es una quimera. No puede entenderse al hombre tomado aislado y estudiado de esa manera.
La individualidad del hombre se inscribe en una sociedad, en la que es capaz, por su interactuación con ella, de modificarla, de no transmitirla necesariamente intacta respecto a como la heredó.
La libertad es así libertad de relaciones, no es una mera propiedad del hombre sino que también constituye un modo de relación.
Puede aspirarse a una sociedad en la que los seres humanos ejerzan su autonomía sin que los otros constituyan obstáculos a la libertad individual, a suprimir o minimizar las relaciones de dominio.
La libre competencia conduce, por sí misma, a situaciones de dominio, a una sociedad en la que cada cual se consigue, mínimos aparte, su propia parcela de libertad de un tamaño determinado por el poder que pueda ejercer en ese juego, originando individuos que son dominados debido a su necesidad de ayuda para sobrevivir.
Más que a una sociedad en la que cada cual logre su parcela de libertad, debe aspirarse a una sociedad que, en la medida en que anule esas relaciones de dominación, sea más libre ella misma.
Una sociedad, entendida como tejido de relaciones entre individuos, puede resultar más o menos justa- naturalmente en el sentido que esas relaciones acaben en un resultado neto favorable a los derechos de los individuos que la forman- dependiendo de la armonia de los derechos y libertades totales implicadas. Una sociedad que preserve la libertad individual a todo trance de modo que nadie impida que un individuo, en el ejercicio de su libertad ilimitada, quite la vida a otro; obtiene un resultado neto desfavorable a los individuos que la forman, aunque cada uno de ellos goce del derecho a la libertad sin trabas.
Del mismo modo que es concebible e incluso deseable una limitación menor de la libertad en favor de un resultado neto favorable a los individuos si se tienen en cuenta otros derechos, -en el ejemplo anterior, el derecho a la vida en el caso de que se limite la libertad de matar- puede resultar también concebible e incluso deseable respecto a otras cuestiones.
El liberalismo niega esta posibilidad respecto a determinados ámbitos, bajo la forma de rechazo al intervencionismo sin ofrecer más justificación que el hecho de que ello puede suponer una limitación de la libertad. Pero como hemos visto, también lo hace en el caso de que se impida que alguien ejerza su libertad matando a otros.
En principio, una sociedad que se estructura por medio del juego libre de las autonomias del individuo, que permite que cada cual escoja su lugar en ella, no parece injusto.
El liberalismo ha aportado la afirmación del carácter individual, algo imprescindible para la formulación y la propia existencia de las libertades individuales modernas, de conciencia, de prensa, etc., y es la principal ideología implicada en la actual concepción del Estado Democrático.
Sin embargo, hay algo de artificial en el concepto del hombre en el liberalismo que puede ser la fuente de la incapacidad práctica de esta ideología para afrontar de manera efectiva la existencia de una fuente real de dominación de unos sobre otros, restando oportunidades a los más débiles.
En el liberalismo, el hombre es autolegislador, sin más límite que el que impone su famoso principio: "mi libertad acaba donde empieza la del otro".
Entendiendo que la sociedad es un juego libre de individualidades, se establece la competencia, que siempre es decidida por el grado de poder que cada una de esas voluntades pueda usar, surgiendo relaciones de dominio. Cada ámbito privado de libertad es así desigual, fruto de la competencia y de los mecanismos a su servicio.
El liberalismo entiende la ley como un freno o límite a la voluntad, y, por tanto, debe restringirse la intervención del estado todo lo posible.
Pero el liberalismo extraé al hombre de su contexto natural. El hombre no tiene existencia real aislado de la sociedad, el hombre autónomo es una quimera. No puede entenderse al hombre tomado aislado y estudiado de esa manera.
La individualidad del hombre se inscribe en una sociedad, en la que es capaz, por su interactuación con ella, de modificarla, de no transmitirla necesariamente intacta respecto a como la heredó.
La libertad es así libertad de relaciones, no es una mera propiedad del hombre sino que también constituye un modo de relación.
Puede aspirarse a una sociedad en la que los seres humanos ejerzan su autonomía sin que los otros constituyan obstáculos a la libertad individual, a suprimir o minimizar las relaciones de dominio.
La libre competencia conduce, por sí misma, a situaciones de dominio, a una sociedad en la que cada cual se consigue, mínimos aparte, su propia parcela de libertad de un tamaño determinado por el poder que pueda ejercer en ese juego, originando individuos que son dominados debido a su necesidad de ayuda para sobrevivir.
Más que a una sociedad en la que cada cual logre su parcela de libertad, debe aspirarse a una sociedad que, en la medida en que anule esas relaciones de dominación, sea más libre ella misma.
Una sociedad, entendida como tejido de relaciones entre individuos, puede resultar más o menos justa- naturalmente en el sentido que esas relaciones acaben en un resultado neto favorable a los derechos de los individuos que la forman- dependiendo de la armonia de los derechos y libertades totales implicadas. Una sociedad que preserve la libertad individual a todo trance de modo que nadie impida que un individuo, en el ejercicio de su libertad ilimitada, quite la vida a otro; obtiene un resultado neto desfavorable a los individuos que la forman, aunque cada uno de ellos goce del derecho a la libertad sin trabas.
Del mismo modo que es concebible e incluso deseable una limitación menor de la libertad en favor de un resultado neto favorable a los individuos si se tienen en cuenta otros derechos, -en el ejemplo anterior, el derecho a la vida en el caso de que se limite la libertad de matar- puede resultar también concebible e incluso deseable respecto a otras cuestiones.
El liberalismo niega esta posibilidad respecto a determinados ámbitos, bajo la forma de rechazo al intervencionismo sin ofrecer más justificación que el hecho de que ello puede suponer una limitación de la libertad. Pero como hemos visto, también lo hace en el caso de que se impida que alguien ejerza su libertad matando a otros.
22 comentarios
Holbach -
Asigan -
Butcher, todos los conceptos neoliberales fueron expuestos por Hayek:
http://www.lateinamerika-studien.at/content/wirtschaft/ipoesp/ipoesp-732.html
Consultar otros vinculos en el texto.
the happy butcher -
Asigan: ¿Y qué es el neoliberalismo económico, así como su diferencia con el liberalismo de Smith y posteriormente evoluiconado por otros autores?
Y después, el Estado del bienestar no entró en crisis hasta 1973, cuando las teorías keynesianas fracasaron. Casualmente, Reagan y Thatcher pertenecen a la década de los 80. Y, por otro lado, yo no descartaría los planteamientos económicos de la escuela de Chicago, con Milton Friedman a la cabeza en todo este proceso, quien plantea la liberalización de todos los servicios públicos, aunque manteniendo la idea del cheque escolar para garantizar la educación. Mientras tanto, la obra de Hayek hasta 1947 está más dedicada a criticar las teorías keynesianas sobre cómo revitalizar la economía y demás, pero no habla de los servicios públicos garantizados... (es más, Hayek comenta en el "Camino de servidumbre" que, donde no pueda llegar el mercado, es necesario que llegue el Estado...
PD: Hoy debía comenzar las clases de historia del pensamiento económico... pido disculpas de antemano si la pifio.
Holbach -
Asigan -
Tras el periodo de crisis del liberalismo, entre las dos guerras mundiales, y en concreto desde 1947 con la fundación de la Unión Liberal Mundial-más tarde Internacional Liberal-, el liberalismo-ya neoliberalismo-
sitúa las consideraciones económicas por encima de las políticas-en el supuesto de que el mercado es el único o al menos el principalísimo regulador de las disfunciones del sistema, a caballo de las nuevas teorías económicas de tipo liberal con raiz de los trabajos de Röpke, Hayek y Eucken.
El mayor aporte teórico del neoliberalismo es el llamado "pensamiento único"- la esencia del neoliberalismo económico- y protagoniza al "revolución conservadora" de Reagan y Thatcher.
Holbach -
Asigan, el problema es que la palabra 'liberal', de origen español, se usa bien en EE UU y bastante mal en España e Hispanoamérica. Por eso yo sería partidario de llamar a los del PP "conservadores (y meapilas)" en lugar de "liberales". Lo malo es que en España muchos supuestos progresistas, que en teoría deberían ser amigos de la libertad, apoyan la tiranía castrista y eso no tiene sentido, con lo que toda la situación se complica.
the happy butcher -
Si existiese una democracia mundial, ¿hablaríamos de "neodemocracia"?
Estimo muy interesante tu afirmación de que el discurso general no puede producir más que rechazo si no se explican claramente las razones por las cuales ocurren ciertos fenómenos... pero creo que también hay un componente muy significativo de prejuícios con respecto a ciertas ideas políticas, cuando no las han fomentado directamente desde pequeños... Ejemplo:
http://www.infoaragon.net/servicios/blogs/serleve/index.php?idarticulo=200409252
Asigan -
Respecto a Akin, Butcher, su actitud frente al liberalismo es muy común, y se basa en la incapacidad práctica (y, para mí, teórica) del neoliberalismo para enfrentar las desigualdades, que en realidad potencia. El discurso liberal no puede más que producir rechazo cuando no explica de manera clara su postura frente a esa realidad y se dedica a "justificar" los mecanismos que la originan.
the happy butcher -
the happy butcher -
Holbach -
Te recomiendo el libro de Ramiro Pinto Cañón sobre la Renta Básica.
Palimp -
Holbach -
Palimp -
Palimp -
Pero el problema, en mi opinión, es muy claro: que entendemos por 'mejor'. Para algunos puede ser mejor la creación de mucha riqueza, para otros una distribución eficiente de la misma. No cabe duda de que el sistema liberal es el que mejor promueve la creación de riqueza. Las cifras parecen indicar que también es el que más concentra esta riqueza en pocas manos.
Que mis ideales sean de izquierdas no me impide ver la falta de sustrato de muchas de sus teorías económicas, y el éxito de algunas economías liberales no me camufla su falta de justicia.
Soy una persona práctica ¿Cómo vamos a arreglar el mundo?
Holbach -
the happy butcher -
Off topic:
Asigan... ¿recuerda la carta que le envié sobre el funcionamiento de blogia? Las cosas, tres meses más tarde siguen estando igual.
Holbach -
the happy butcher -
El sentido de libertad para los ricos va mucho más allá. Hay más demagogia de por medio...
Holbach -
Si admitimos que el segundo sentido (liberal=partidario de la libertad) es el más correcto, entonces no hay razón para que los "liberales" se opongan a las intervenciones del Estado. Es obvio que para defender la libertad el Estado debe tratar de eliminar todas las situaciones de 'dominación' y en teoría esto podría justificar incluso la implantación de medidas como la Renta Básica (un ingreso mínimo de subsistencia para todos los ciudadanos).
Asigan -
Sobre el post,pues no dejs de tener razón, pero debo aclarar que se debe a una discusión concreta en un foro de la red, y sugiere la postura de mi contertulio y también la mía. Como curiosidad, mi oponente llegó a cuestionar la existencia de algo a lo que llamar "sociedad" fuera del reino de las ideas.
the happy butcher -
Al lío:
No entiendo su comentario. Quiero decir, dentro del liberalismo, hay muchísimas posibilidades, que van desde el gobierno limitado hasta el anarcocapitalismo de Murray Rothbard, pasando por el Estado mínimo de Robert Nozick (donde se reconoce, si no recuerdo mal, la idea de la existencia de ejército, policía, sistema judicial y de prisiones)...
Decir "el liberalismo propone x o y asunto" es una crítica a algo que es demasiado genérico como para que se puedan mantener ese tipo de aseveraciones. Por ejemplo, con Rothbard, que sí es anarcocapitalista, sí se podría efectuar... pero estos son una minoría de entre los liberales. La mayoría defendemos un gobierno limitado, donde, efectivamente, el sistema judicial sea garante de que quien viole libertades fundamentales de otros individuos sea castigado...
Un afectuoso saludo.