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Saber/Creer

El Sultan quiere más niñas.

En un país oriental, el Sultán anda preocupado por el desequilibrio poblacional entre varones y hembras. La proporción de nacimientos entre niños y niñas es del 50% y el desearía más niñas para los harenes del país. El Sultan aprueba una ley según la cual todo matrimonio dejará de procrear cuando el recien nacido sea niño, y podrá seguir reproduciendose mientras los vátagos alumbrados sean niñas, sin importar el número de hembras traídas al mundo. De tal modo, espera, el Sultan, el número de nacimientos de niñas se verá incrementado y, con él, se conseguirá equilibrar la proporción de habitantes.

¿Funcionará el plan del Sultán?. Razonad la respuesta.

Probar y demostrar

En Ciencia, una prueba es un ensayo o experimento que se realiza para comprobar un enunciado predictivo. Cuando alguien habla de pruebas científicas se refiere precisamente a los resultados positivos de esos experimentos.

La demostración es frecuentemente utilizada en el mismo sentido anterior. Pero tiene otros en los que la Ciencia se ve implicada.

En las Matemáticas, la demostración es el proceso lógico fundamental. En esa disciplina, ningún resultado es enunciado sin su correspondiente demostración previa.

En las Ciencias empíricas, la demostración tiene un sentido derivado del filosófico de procedimiento discursivo tendente al reconocimiento intersubjetivo de la verdad de una proposición. Para la Ciencia,el simple procedimiento discursivo no porporviona conocimiento por sí mismo, sino que tiene que formar parte de su método como una fase más del mismo. En el método Hipotético-Deductivo, la demostración, como proceso lógico deductivo a partir de premisas, se usa en la fase en la que se extraen consecuencias lógicamente consistentes de la hipótesis formulada. La hipótesis es un enunciado provisional de carácter universal que predice lo que sucederá entre los objetos de la clase a que se refiere. Cuando las concecuencias derivadas de las hipótesis son consistentes con observaciones conocidas, es decir, cuando todo fenómeno observado es explicado por la hipótesis emitida, se puede considerar que se ha efectuado un proceso de demostración.

Pero solo en un sentido formal, cumpliendo uno de los requisitos que las hipótesis científicas deben mostrar. El valor concedido a la hipótesis científica por ese tipo de demostración es aún muy limitado. Pues además de extraerse consecuencias coherentes con teorías y leyes existentes, las deducciones deben conducir a predicciones acerca de sucesos no ocurridos.

Es el momento de las pruebas, del experimento, de comprobar que esas predicciones no solo son lógicamente consistentes, si no que además ocurren. Un experimento se diferencia de la mera observación en que, en esta última, no se alteran las circunstancias en que normalmente ocurren los fenómenos naturales, ni se consigue mucha precisión cuantitativa. En cambio, en los experimentos se inducen las circunstancias en las que debe producirse la observación y se controlan determinadas variables que pueden estar implicadas en el fenómeno. Todos los aspectos cuantitativos estan minuciosamente controlados. Todo esto compone la fase de contrastación.

Sobre la certeza que el método en general y fase de contrastación en particular, porporcionan hay toda una apasionante polémica, con implicados como los Neopositivistas o Popper, pero esa es otra historia.

¿GRUPOS DE RESISTENCIA O GRUPOS TERRORISTAS?

A propósito de la posguerra en Iraq, se viene dando un debate acerca de la caracterización de los grupos hostiles a la coalición internacional que ocupa ese país. En la forma en que yo lo conozco, una parte llama a estos grupos “terroristas” y la otra les llama “resistencia”.

La resistencia es el nombre genérico dado durante la Segunda Guerra Mundial a ciertos movimientos clandestinos opuestos a las fuerzas ocupantes de algunos países europeos y asiáticos. Se trata de unos movimientos de carácter nacional opuesto a fuerzas extranjeras de ocupación.

Desde esta definición, es evidente que todos los grupos que hostigan a las fuerzas norteaméricanas, británicas y del resto de países miembros de la coalición, tienen que ser llamados movimientos de resistencia, al margen de cuales sean sus principios ideológicos o doctrinales, del mismo modo que el movimiento resistente francés durante la 2ª Guerra Mundial estaba compuesto por grupos de distinta ideología política o religiosa.

En mi opinión, ocurre que no basta con catalogar como de resistencia unos movimientos para que la legitimidad les sea supuesta con independencia de sus métodos de acción o que el terrorismo sea una categoría de igual nivel pero opuesta al de resistencia.

Para empezar puede ocurrir que las fuerzas de ocupación cuenten con respaldo legal internacional para una intervención contra un régimen brutal o agresivo, como en la antigua Yugoslavia, y que las fuerzas de resistencia se identifiquen ideológicamente con ese régimen. Puede ocurrir que las fuerzas de ocupación lo sean como resultado del transcurso de una guerra desencadenada por la invasión original del país ahora invadido, como por ejemplo, Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial al ser invadido, entre otros, por Rusia y Francia, previamente ocupados por aquel país. ¿Hubiera sido tan legítima una resistencia de grupos alemanes nazis en la posguerra como lo fué la resistencia francesa contra los propios nazis tras el armisticio entre esos dos países?

En cuanto al terrorismo, se trata, en mi opinión, de un término que no se opone al de resistencia, sino que lo califica. Un grupo resistente puede emplear en su lucha métodos de guerra de guerrillas contra objetivos militares de las fuerzas de ocupación,por ejemplo, o puede utilizar métodos y objetivos indistinguibles de los que usan los grupos terroristas comunes de manera indiscriminada, tratando de crear un clima de terror tanto entre esas fuerzas como entre la población en general, que puede ser, a su vez, hostil a las ideologías que esos grupos representan y afines a los objetivos de las fuerzas ocupantes.

En ocasiones, el aspecto nacional de la actuación de esos grupos puede ser secundario o superficial, caracterizando mejor su actuación las referencias a ideologías o doctrinas concretas, constituyendo el enfrentamiento al ocupante un mero intento de salvaguardar intereses partidistas o sectarios.

Resumiendo, el que un grupo pueda ser catalogado de resistente no supone su automática legitimidad, ni deja por ello de ser susceptible de ser catalogado como terrorista.

LA CIENCIA NO LO SABE TODO

Este es otro "argumento" típico que surge en casi todo debate acerca de hipótesis de escaso o nulo apoyo experimental. Basta oponer una incoherencia con otros sólidos conocimientos, o la absoluta falta de evidencia a favor de esa hipótesis, o el alto contenido especulativo, para que desde el otro lado se replique que la Ciencia no lo sabe todo.

En principio, es una verdad obvia. La Ciencia tiene sentido porque no lo sabemos todo, es un instrumento de búsqueda de conocimiento. Pero eso no significa que no sepamos nada, que la Ciencia solo pregunte y no responda nada.

Esta objeción presentada en los debates puede tener dos sentidos. El primero de ellos se refiere a que quedan muchas cosas por saber, y que algunos fenómenos o algunos objetos pueden permanecer en la ignorancia sin que ello signifique su inexistencia. No se ha demostrado su existencia, pero tampoco su inexistencia. Y es cierto, pero ocurre algo respecto a ello, si es que solo se invoca esa dificultad. Si permanecen en la ignorancia, no sabemos nada de ellos y, entonces, el defensor de semejantes entes se encuentra que no sabe si lo que defiende existe o no, está defendiendo un invento de su imaginación, una especulación sin base en el sentido más pleno del término; no es que la ciencia no sepa nada de ello, es que nadie ni nada sabe de ello, incluido su defensor. Y, en ese caso, ¿qué es lo que discute, por qué le presta su apoyo? Otro aspecto problemático con este argumento es que en muchas ocasiones estas pretensiones contradicen saberes sólidos. No se puede pretender negar lo que se conoce sobre la base de lo que se desconoce, sino sobre la de nuevos conocimientos.

Claro que se puede cuestionar la seguridad del conocimiento científico, alegar que nada es un saber definitivo al 100%. Este es el segundo sentido de la objeción. Sin embargo, esto no hace a todas las afirmaciones de conocimiento iguales. Algunas están más próximas al 100% que otras. Y lo mismo ocurre respecto al 0% de fiabilidad, algunas afirmaciones se acerca a él más que otras. Por ejemplo las afirmaciones de acerca de la forma de nuestro planeta y la teoría heliocéntrica están muy próximas al 100% de ser ciertas. Y, por lo tanto, las contrarias se acercan mucho por ciento. Esto lo decidimos sobre la base de apoyos argumentales derivados de observaciones y experimentos. Si un afirmación carece de todo ello, el hecho de que ninguna afirmación de conocimiento se encuentre con un 100% de certeza no le va a acercar ni un milímetro a ella, ni va a alejar tampoco a ninguna otra que si cuente con ello. Es mediante el uso de argumentos, observaciones y experimentos como puedes apoyar una afirmación o atacar otra, no simplemente mencionando que nada es seguro al 100%.

Muerto en el acto...sexual.

Estos son algunos muertos en "acto de servicio" históricamente documentados:

Los Papas Juan VII y Juan XIII murieron asesinados por los maridos de sus respectivas amantes. Ambos fueron sorprendidos en el lecho conyugal.

El Papa León VII sufrió un infarto al corazón mientras disfrutaba de su amante.

El Papa sufrió otro infarto, este mientras era sodomizado por uno de sus pajes.

Otro infarto más, el que sufrió el Duque de Orleans en 1721 tras disfrutar de los juegos sexuales que le proporciono su flamante esposa, 30 años más joven que el valiente y viejo preceptor de Luis XV.

El presidente francés Faure murió en 1899 en un prostíbulo. La impresión por el deceso del prohombre de Francia causó el desmayo de la prostituta con la que Faure pasó sus últimos momentos. Un cirujano amputó el pene presidencial para separar ambos cuerpos.

El impetuoso primer ministro británico Lord Palmeston falleció en 1865 mientras acometía a una joven camarera sobre una mesa de billar.

El vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Nelson Rockefeller murió en 1979 en pleno acto adúltero con su amante. Dicen que murió con una sonrisa en los labios.

Muertes extrañas

Según la tradición romana, en el año 363 a.C. se produjo una grieta en el suelo del Foro. Los sacerdotes señalaron que únicamente se cerraría si se arrojaba a su interior el más precioso de los tesoros de Roma. El joven patricio Marco Curcio afirmó que Roma no poseía tesoro más digno y precioso que un generoso y valiente ciudadano. Por eso, montó sobre un caballo y se lanzó al fondo del abismo, el cual se cerró inmediatamente sobre él (Cicerón, De finibus, II, 19, 61; Tito Livio, VII, 6, 5; Valerio Máximo, V, 67). De esa época se ha encontrado en el Foro de Roma un pozo sagrado llamado lago de Curcio.

El poeta griego Sófocles (de Kolonos) murió, con cerca de 90 años, en el 406 a.C. por la impresión que le produjo una buena noticia. Autor teatral de gran prestigio, dio mayor brillantez a la decoración escénica al inventar el decorado pintado.

El poeta trágico griego Eurípides (480-406 a.C.) fue la primera persona conocida en denunciar la esclavitud. Autor de dramas teatrales, Eurípides fue considerado como "el más trágico de los poetas" por Aristóteles. El público ateniense no comprendió sus dramas y quizás por eso, hacia el final de su vida se trasladó a Macedonia, a la corte del rey Arquelao, donde fue bien recibido y donde, según la tradición, fue devorado por unos perros.

Se dice que el matemático Karl F. Gauss (1777-1855) estaba un día tan concentrado en su trabajo que cuando le comunicaron que su esposa estaba a punto de morir, este respondió: "Sí, sí, pero pídale que espere un momento hasta que acabe con esto".

En 1684, Jean-Baptiste Mouron, de 17 años, fue acusado de incendiario y condenado a galeras durante 100 años y 1 día. Mouron cumplió el castigo íntegro y quedó libre a la edad de 117 años. Falleció unos años más tarde.

Jean-Baptiste Lully estaba dirigiendo su orquesta marcando el ritmo con su batuta. En aquella época (1687) la batuta del director de orquesta era un pesado bastón con el que se golpeaba el suelo. En un fragmento difícil, Lully se enfadó tanto con sus músicos y golpeó el suelo con tanta furia que en su arrebato de cólera se golpeó el pie con el bastón, se le infectó, se le engangrenó y la broma lo llevó a la tumba.


En Francia, Jacques LeFevrier quiso asegurar bien la manera de suicidarse.
Se fue a la cima de un acantilado y se ató un nudo alrededor del cuello con una soga.
Anudó la otra extremidad de la soga a una roca grande. Bebió veneno y se incendió la ropa. Hasta trató de dispararse al último momento.
Todo esto para querer morir, pues ese era su deseo.
Saltó del precipicio y en el mismo momento que caia se disparó . La bala, que no lo tocó, fortuitamente cortó la soga sobre él.
Libre de la amenaza de ahorcarse, cayó al mar.
El repentino zambullido en el agua extinguió las llamas y le hizo vomitar el veneno. Un pescador que pasaba por ahi lo sacó del agua y lo llevó a un hospital, donde murió… de hipotermia.

Santiago Alvarado, de 24 años, murió en febrero en Lompoc, California (EEUU), cuando cayó de bruces del techo de un negocio de bicicletas donde estaba tratando de entrar para robar.
Lo que causó tal fatidica muerte fue la linterna, que se la había puesto en la boca (para poder tener las manos libres) y que con la caída, literalmente se la tragó y le atravesó el cráneo al caer al suelo.

Seis personas se ahogaron mientras trataban de rescatar a una gallina que se había caído en un pozo en el sur de Egipto.
Un joven campesino de 18 años fue el primero en bajar al pozo de 20 metros de profundidad. Se ahogó.
Sus dos hermanos y hermana bajaron uno a uno para tratar de ayudarlo, pero también se ahogaron.
Luego llegaron dos campesinos a ayudar, y también ellos murieron, víctimas de la resaca del pozo.
Los cuerpos de los seis fueron sacados más tarde del pozo de Nazlat Imara, al sur de Cairo.
También sacaron a la gallina.
Ésta última sobrevivió.

Iraq: Torturas, amenazas y agradecimientos

Prisioneros iraquies han sufrido torturas y vejaciones por parte de los soldados y funcionarios británicos y norteaméricanos. La reacción británica ha sido más rápida y contundente que la américana. El pobre Bush parece empeñado en cargar de razones a sus enemigos.(Ahora anuncia acciones para "liberar Cuba") No existe ninguna excusa para esas torturas; esos métodos, entre otros, son los que hicieron un indeseable de Sadam Hussein y su régimen, y una de las razones que la coalición expuso para intervenir. Los responsables directos merecen un castigo inmediato, y los responsables políticos, otro tanto. Es una cuestión de una gravedad indudable.

Ben Laden y Al qaeda amenazan a Annan y la ONU.Esto muestra que para los terroristas no tiene el mínimo valor la legalidad internacional, para ellos, cualquier acción contra lo que consideran propio es una agresión ilegal, y que cualquiera de las suyas contra terceros está siempre justificada. De paso, ofrece un dato más para suponer que , en la mente de quienes perpetraron la matanza de Madrid, no hubiera supuesto diferencia alguna entre que España hubiera estado bajo mandato de la ONU, la OTAN o cualquier otro. Los criminales, por definición, están enfrente de la ley.

Tele-5 informaba esta misma mañana de una manifestación en la zona controlada por las tropas japonesas de apoyo a la labor de estas mismas tropas. Es bueno que aquellos iraquies que opinan que la labor de reconstrucción les favorece se dejen oir de alguna manera alternativa a figurar en las encuestas favorables a la permanencia que publican medios occidentales próximos a los respectivos gobiernos. Así al menos vemos sus caras y sabemos que existen. La imagen de estas manifestaciones contrasta con las de las de las que reclaman la salida de todas las tropas occidentales. Mientras que en estas priman los jovenes armados exaltados y vociferando amenazas vestidos con uniformes de sectas religiosas, en aquellas hemos podido ver a familias enteras con semblantes alegres. A pesar de que los vociferantes siempre hacen más ruido, estas otras imagenes son más auténticas. Por ellos, pongámonos de acuerdo cuanto antes en las condiciones necesarias para que la permanencia de tropas e incluso el envio de nuevas cuente con la legitimidad y el consenso necesario.

Los creyentes y el misterio de la gravedad.

En ocasiones, debatiendo con creyentes acerca del Universo y sus propiedades
se suscita una cuestión, la de la gravitación. Se suele alegar que se sabe como es la gravitación, pero que no se sabe por qué existe. No entiendo lo que quieren aportar con ello, que hay cosa desconocidas es cierto, pero como ello apoya la existencia de Dios es algo que se me escapa. Al parecer quieren decir que la gravitación es una propiedad que no debe existir sin una razón, tal vez una finalidad. No veo por qué ha de ser así.

Imagina una cosa, un ente, nada concreto, cualquier cosa de la que solo sabes que “existe”. Cualquier cosa que exista será de una determiada manera, pues existir significa, tener una naturaleza, ser algo, lo que sea. Y tendrá una determinada manera de relacionarse con cualquier otra cosa que también “exista”. Espero haberme explicado hasta aquí. Cualquier cosa que exista, será de una determinda manera, la que sea, y tendrá una relación con el resto, la que sea. Lo que no puede es ser y no ser y tener una relación y no tenerla. Si no es, no existe.

A partir de ahí, sorprenderse de que algo tenga una naturaleza, es algo ingenuo, pues es condición necesaria. ¿Que las cosas tiene una propiedad llamada efecto gravitatorio?. ¿Y si en vez de esa propiedad fuera cualquier otra, no sería igulamente sorprendente?. Pero sabemos que alguna propiedad debe tener, ¿porque no iba a ser la gravitación?. ¿Por qué puede ser algo, pero no la gravitación?.¿De que se sorprenden de que las cosas sean algo y que ese algo sea algo concreto?.

Es decir, no es forzoso, por lo que sé, que algo deba existir, en vez de nada, pero si sé que si algo existe, debe “ser” de algún modo, debe tener una naturaleza, unas propiedades, que son las que hacen que podamos decir que algo existe.

Si no crees en esto, ¿para que te molestas tanto en negarlo?

Es habitual escuchar y leer preguntas como estas: ¿por qué existen personas que dedican un esfuerzo y un tiempo considerable a hablar, discutir y rebatir algo en lo que no creen?. Si tras las pretensiones pseudocientíficas no hay nada real, ¿no están estas personas, estos escépticos, obsesionados con la nada?. ¿No basan su vida en un dogma, y se comportan como sectarios, negando a muchas personas el derecho a sostener creencias y opiniones que solo a ellos afectan, acosando e incluso insultando a quienes osan hacer publicas estas opiniones?.

En primer lugar, los escépticos no atacan la nada, sino algo muy real, la creencia de mucha geente en la realidad de esos fenómenos,y la refutación del error filosófico o científico es una actividad digna y tradicional, generalmente aceptada como necesaria y conveniente para el avance del conocimiento. Los postulados de las diferentes paraciencias no son presentados como meras opiniones intrascendentes, dedicadas a la mera diversión o entretenimiento de los practicantes y seguidores. Ni tampoco como una opción personal al modo de la fe religiosa Los defensores de estas disciplinas insisten en su carácter de verdadero conocimiento y toda su historia esta dedicada tanto al intento de confirmación de su veracidad como al ataque a quienes no aceptan sus postulados. ( En este ultimo sentido, es curioso que quienes han acusado a sus oponentes de auténticos crímenes como asesinatos, traición, secuestro, etc, o de complicidad con quienes los realizan, se sientan víctimas de quienes simplemente consideran sus hipótesis como, en el peor de los casos, de solemnes tonterías. Estas acusaciones adolecen de los mismos defectos que el resto de sus hipótesis, carecen del más mínimo soporte empírico y, en un curioso circulo retroalimentado, quienes niegan esa hipótesis son asimismo considerados miembros de la conspiración.)

Otra razón es el intento de difundir el pensamiento critico entre la población, particularmente entre aquellos seguidores de estas paraciencias, ejemplos por excelencia de quienes carecen de él, convertidos por su sincero y legitimo deseo de conocimiento en víctimas de formas de pensamiento defectuosas que les alejan de ese verdadero conocimiento y su método. En general, las personas deseamos poseer un criterio que nos permita discernir, entre dos o más postulados, cual de ellos es más acertado y ajustado a la realidad. La crítica racional a los argumentos pseudocientíficos es uno de los modos más efectivos y evidentes de mostrar cuales son esos criterios.

Además, entre quienes practican y difunden estas actividades, existen, como en toda actividad, aquellos que aprovechan el sincero interés de personas con curiosidad para su propio provecho económico, algo respetable, siempre que no incluya el fraude deliberado, la manipulación, la calumnia y la mentira. La denuncia de estas situaciones es, además de un derecho, una obligación ética.

El que los escépticos apelen al método científico y sus criterios de validación o falsación, convierten la acusación de dogmáticos en algo absurdo, un autentico contrasentido. Los escépticos desean y buscan la lucha argumental, todo lo contrario de los usos dogmáticos, que condenan el examen del dogma.

El auge de las paraciencias, y el enorme apoyo que encuentran en los medios de comunicación hacen inútil la postura personal escéptica frente al crecimiento del pensamiento irracional, especialmente entre los jovenes ansiosos de encontrar respuestas. Esto ha hecho de la organización contra las imposturas intelectuales con las que se nos bombardea una necesidad.

EL SENTIDO DE LA VIDA

Por sentido se debe entender finalidad, objetivo de la vida. Preguntar por cual es equivale a suponer que existe uno.

Solo hay dos posibilidades que yo vea. O la finalidad de la vida pertenece a algo exterior a la misma, capaz de fijarse un objetivo o al propio fenómeno.

Respecto a la primera posibilidad existen respuestas religiosas que pertenecen al mundo de las convicciones personales. Puede objetarse a ellas la falta de evidencia de su sustento, pero nada más puede decirse, en cada cosmogonía religiosa el Creador tiene su particular fin a la hora de crear la vida.

En lo que se refiere a la segunda, también hay concepciones seudoreligiosas o místicas que abordan la cuestión, pretendiendo que la vida como tal es un ente dotado de finalidad y voluntad. Lo mismo que a la primera posibilidad se le puede objetar a esto.

Es dificil, desde una postura empírica, mantener que la vida sea un fenómeno capaz de finalidad por sí misma.

Pero cabe pensar que, aunque la vida como fenómeno carezca de sentido, si pueden tenerlo los seres vivos, o alguno de sus componentes, como los genes.

Mucha gente ha mal interpretado la teoría del gen egoísta, creyendo que el gen actúa con finalidad implacable destinada a su propia perpetuación. Pero es una mala interpretación, como decía. Que ese sea el resultado, la conservación de los genes, no significa que los propios genes sepan o planeen en modo alguno ese destino. Es el resultado de las leyes químicas y físicas y su relación con el medio.
La mayoría de los seres vivos son claramente ciegos obedientes de las leyes químicas y físicas que regulan la propia vida y la transmisión hereditaría. Y muy pocos pueden planificar de manera muy rudimentaria. Salvo, al menos que de momento se sepa de manera segura, el ser humano.

La vida no es elegida por el hombre, le es dada. En gran parte, su finalidad responde a su propia naturaleza, se dice que el hombre busca de manera natural su felicidad o algún tipo de sucedáneo siempre buscado por imperativo natural.

Pero en algún grado, y en muchos aspectos en un grado muy importante, el hombre toma decisiones que afectan a su futuro. En gran medida, debemos concluir que el sentido de la vida del ser humano es el que él mismo le proporcione, dentro de sus posibilidades.

CONTRA TODO NACIONALISMO

Esta anotación se refiere al nacionalismo como doctrina, no a un nacionalismo concreto o, en todo caso, se aplica a todos los nacionalismos.

Probablemente, el avance en matería política más importante y a partir del cual emana la doctrina política más sólida desde el punto de la justicia, como valor ético, es el del reconocimiento de los derechos humanos y su universalización a todos los miembros de la especie, por el hecho de pertenecer a ella, por encima de razas, nacionalidades, credos, sexo o ideología. Esto convierte al individuo humano, como tal, en soberano de sí mismo que cede parte de ella a sus representantes en la vida socialmente estructurada. Lo importante es, a mi juicio, el reconocimiento implícito y explícito de la individualidad, cada ser humano es un “universo” forjado en su experiencia vital.

El nacionalismo se basa en la existencia de un concepto con realidad concreta, dotado de “esencias” que conforman su naturaleza, su realidad, y el individuo, sin dejar de serlo ni dejar de reconocer sus derechos, se ve impregnado de ella, es en gran parte fruto de su pertenencia a esa nación. Para el nacionalismo, el disidente, el que no encaja en la definición ideal de miembro de la nación, es un traidor o, en el mejor de los casos, un engañado o desviado por influencias, por supuesto extranjeras y, por tanto, ajenas a su “naturaleza”. Es la nación la que define al individuo, pues se concibe a ella dotada de características propias, inmutables, esenciales, contradiciendo la evidencia de que los pueblos cambian y son, en cada momento, el resumen, la suma de las naturalezas y los caracteres de las individualidades que las forman.

El individuo no hace, por tanto, su historia y con él la de su colectivo, sino que es él el que se ve modelado por aquella, viendose atado por lo que en un campo de batalla de hace siglos se decidiera en nombre de principios y con aspiraciones completamente diferentes a las que hoy preocupan. Todo consiste entonces en una tensión en la que un pueblo intenta mantener una identidad frente a quienes pretender arrebatarsela.

Todo ello se traslada al momento presente con consecuencias directas. En una sociedad actual en la uqe los derechos son esencialmente individuasles y es el ciudadano el protagonista, los nacionalistas insisten en hacer a los pueblos protagonistas por encima de los individuos y hacen del grupo una realidad superior a la de este.

Por ello, para el nacionalista la voluntad del pueblo debe ser una que se corresponda con una realidad que le viene ya dada. Contradecirla es solo consecuencia de la ceguera o de la manipulación. La realidad no es, por tanto, cambiante y adecuada a los tiempos y circunstancias presentes, sino determinada por una esencia o naturaleza propia o por su traición, por lo que el nacionalista preconizará siempre una vuelta a valores seculares propios como forma de vencer las adversidades de los tiempos, que son consecuencia del abandono de la propio.

seguirá otro día...

¿Que significa tener una mente abierta?

¿Que significa tener una mente abierta?

En sentido general, es una llamada a mantener una actitud libre de prejuicios ante cualquier hipótesis o creencia. Suele verse utilizada preferentemente por defensores de hipótesis o creencias con escasa o nula evidencia empírica, pues de existir esta, no sería necesaría esa actitud, sino que más bien se debería recomendar que lo que se abriera fueran los ojos o el entendimiento.

Es dificil enfrentarse a esa recomendación, los prejuicios pueden conducir fácilmente a actitudes dogmáticas de negación. Sin embargo, es evidente que esa actitud no significa o equivale a aceptar cualquier hipótesis o creencia, o a renunciar a su examen. Todo el mundo, con mente abierta o no, tiene una opinión al menos acerca de algún tema, y por prestar apoyo a una alternativa no se debe suponer que esa mente permanece cerrada.

En la formación de la opinión, como en la aceptación de hipótesis en Ciencia, no solo cuenta el aprecio, gusto o deseo personal por una alternativa, algo asimilable al prejuicio, si no que existen ciertos criterios que permiten discernir la solidez de unas hipótesis o explicaciones frente a otras. Criterios que, de ser aplicados, evitan la acusación de prejuiciosa para la adopción de aquella que de ello derive mayor solidez. En realidad, esto constituye el juicio por oposición al prejuicio, que tiene decidido su apoyo por cuestiones ajenas al análisis.

Tener la mente abierta significa someter a crítica o análisis toda hipótesis conforme a ciertos criterios y aceptar su veredicto por lejano a nuestras creencias previas que pueda resultar. Creer en algo a pesar de la falta de apoyo argumental no es tener la mente abierta, es falta de criterio.

EL MITO DE LA VOLUNTAD POPULAR EN DEMOCRACIA

EL MITO DE LA VOLUNTAD POPULAR  EN DEMOCRACIA

Uno de los conceptos mitificados en nuestra sociedad es el de respeto a la voluntad de la mayoría. Se considera que lo legítimo de un acto se define por su acomodo a esa voluntad o, como consecuencia, que un acto en oposición a esa voluntad no puede nunca ser legítimo. No es que se considere que el deseo de la mayoría sea la única fuente de legitimidad, pero si el supremo, la última instancia. Es un entender que esa es la expresión práctica del concepto de “soberanía del pueblo”.

Esto nos puede conducir a alguna paradoja o, cuando menos, a alguna situación sorprendente. Por ejemplo, la mayoría podría decidir que es bueno marginar a las mujeres o a los gitanos. O que la democracia es indeseable y que es mucho más conveniente una dictadura. Esto último resulta especialmente paradójico, es deseo democrático que exista una dictadura.

El problema radica en que en realidad lo que la mayoría expresa es una respuesta a una necesidad, no un simple deseo como gusto o capricho es un deseo de satisfacer una necesidad, de armonizar la convivencia. En todo ello subyace un cierto valor ético de justicia y uno funcional de eficacia.

Naturalmente, nadie cree que todo debe ser decidido por mayoría ni en todo ámbito. Se trata de decisiones que afecten al conjunto del estado y, en algunos casos, a grupos concretos. “Lo que nos afecta a todos”, a todos los implicados en una cuestión, a los que la decisión afectara de algún modo.

Las mayorías pueden equivocarse, sobre todo cuando se trata de cuestiones de alto contenido técnico como, por ejemplo, decisiones económicas, jurídicas, etc. Las mayorias no gobiernan, ni legislan ni juzgan. Ni siquiera, en nuestro país, eligen a los gobiernos, sino a las Cortes que eligen a ese gobierno. En todo caso, y en sintonía con lo dicho más arriba, lo que subyace a la elección concreta es que los elegidos administren su representación con justicia y eficacia.

Pero en esas labores no siempre todos los aspectos son evidentes o están en disposición de la opinión pública, ni aún estando disponibles se puede considerar que la mayoría como tal es capaz de juzgar siempre la medida idónea. Las mayorías pueden equivocarse tanto en aspectos técnicos como en aspectos éticos, como deciamos.

El representante electo tiene la obligación principal de procurar el bien general y asegurar los derechos individulaes y, en esa actividad, puede verse en el conflicto resultante de decidir entre apoyar la opinión mayoritaria libremente expresada o tomar medidas menos populares pero más eficaces o justas.

En regímenes autoritarios puede darse la aparición de los “salva patrias”, aquellos personajes que dicen ver claro cual es el bien de la sociedad y que en su nombre pueden suprimir la soberanía popular y los derechos elementales. Pero en un régimen democrático con separación de poderes existen órganos de control dentro de cada poder y entre poderes que evitan estos peligros.

A un representante electo se le debe exigir aplicación y lealtad en su tarea, sin que ello signifique obedecer la opinión pública al pie de la letra en cada momento, sino el uso de sus cualidades técnicas y la estricta observancia de los principios de justicia recogidos en la Constitución y otras declaraciones colectivas. Y sobre esa base se fiscalizará su proceder. Seguirá otro día...

Dios y la causa de la existencia.

Algunas personas que creen en la existencia de Dios ven justificada esa creencia en un razonamiento más o menos como este: todo lo que existe lo debe a una causa, por tanto, todo debe remontarse hasta una causa primera si no queremos caer en una regresión infinita, a esa causa primera la llamamos Dios.

El problema evidente es que si aceptamos que todo tiene una causa no hay motivo para frenar la regresión en un punto, Dios necesita su propia causa. A esto se suele objetar que Dios es “causa sui”, que por alguna característica de la naturaleza de Dios, este es causa de sí mismo. Y que la alternativa es una regresión infinita que “repugna” a la razón.

Pero esto viola la condición de la primera premisa, según la cual todo necesita su causa, y esta, la causa, es algo anterior y distinto al efecto. Estamos cambiando la definición de causa para poder introducir algo que se cause a sí mismo. No parece aceptable y desde luego no “repugna” menos que la alternativa.

Hay una cuestión que permanece ambigua. Se trata del verdadero significado de la palabra existir en la frase: todo existe por alguna causa. Se trata más bien de decir que todo está construido de algo preexistente, y esto último con otros ingredientes también preexistentes y así sucesivamente. Esta no es una experiencia directa de “llegar a ser” de pasar de la nada a la existencia. Es más un transformar, un modificar lo existente. Dios, si es algo, constará de alguna “esencia”, de algún ingrediente preexistente, pues no cabe pensar que no sea nada.

Y si se considera que algo puede originarse de la nada o que algo puede haber existido siempre. ¿porqué Dios y no el Universo?.

¿Telepatía o casualidad?

¿Telepatía o casualidad?

Supón que te encuentras en el salón de tu casa cómodamente sentado en tu sillón pensando en aquel primo, amigo al que hace tiempo que no ves o en ese cantante o actor famoso del que ya no oyes hablar. En un lapso de 5 minutos siguientes al instante de tu pensamiento suena el teléfono y te comunican que esa persona ha fallecido. ¿Telepatía?. Para averiguarlo debemos resolver un problema: ¿ cuál es la probabilidad de que, a los 5 minutos de pensar en una persona nos enteremos de su fallecimiento por pura casualidad?. Para resolverlo necesitamos conocer el número de personas conocidas, en un sentido amplio, de las cuales nos enteramos de su fallecimiento y el número de personas conocidas en las que pensamos en un determinado lapso de tiempo, pongamos un año. Pongamos que conoces a diez personas de esas características y que piensas una sola vez en ellas a lo largo de un año. Trato de ser conservador en las estimaciones.
Sabiendo que un año tiene 105.120 intervalos de 5 minutos, ¿ cuales son las posibilidades de enterarnos del fallecimiento de esa persona precisamente en ese pequeño intervalo de 5 minutos después de que hayamos pensado en ella?. La respuesta, obviamente, es de 1 sobre 105.120. Muy bajo. Pero conocemos 10 personas que fallecen en un año, luego la posibilidad de que ese suceso se dé es la suma de las probabilidades de cada uno de ellos, es decir, de 1 sobre 10.512. Mejor, pero sigue siendo bajo.

Claro que, bien pensado, todos conocemos gente, pensamos alguna vez en ellas y nos enteramos del fallecimiento de alguna. Lo cual nos lleva a que la probabilidad de que un suceso así se dé es igual a 1 dividido entre 10.512 multiplicado por la población en cuestión. En el caso de España, si tomamos una población de 20.000.000 (la población es del doble) de personas tenemos que algo así ocurrirá por puro azar casi 2000 veces al año. En Europa unos 70.000 casos anuales y para el total de la población mundial unos 600.000 casos todos los años.

He seguido el libro de Henry Broch y Georges Charpak: Conviértase en brujo, conviértase en sabio.

Galielo tenía razón, tú no.

Galielo tenía razón, tú no.

El nombre de Galileo Galilei aparece com mucha frecuencia cuando en un debate se ve rechazada una hipótesis inconsistente o una creencia irracional como argumento cuando cada uno de los razonamientos ha sido rebatido.

Se trata de establecer algún tipo de identidad entre el gran pisano y el defensor de la hipótesis heterodoxa sobre la base del común desprecio y humillación sufrida por el primero, como si el hecho de que en el caso del primero la hipótesis defendida acabará siendo correcta apoyara la veracidad de la del segundo.

Blondot, el científico francés que defendió hasta el final de sus días la existencia de los rayos N sufrió el mismo desprecio, y su memoria no ha sido vindicada respecto a esa cuestión. El hecho de ser rechazados no consiguió comunicar ni un solo ápice de realidad a los rayos N. Por cada caso como el de Galileo existen docenas como el de Blondot.

Lo que decide ante que clase de situación nos encontramos no es el hecho de ser rechazada o admitida la hipótesis en el momento de ser formulada, sino el exámen de los argumentos teoricos y experimentales que apoyan a unas y otras. La hipótesis que defendió Galileo ha sido aceptada, no por el rechazo que experimentó, sino sobre la base de su apoyo argumental. Es decir, no sabemos que Galielo tenía razón por el rechazo, sino por las evidencias que sustentaban la hipótesis defendida por él. Galileo pidió que se tratara a todas las hipótesis de un modo determinado, y no el que él sufrió. Y precisamente es el debate sobre los argumentos, y el rechazo sobre la base del resultado de ese debate, lo que demandaba.

Lo que el heterodoxo pide apelando al ejemplo de Galileo es que se repita el error. Porque no solo se cometen errores rechazando, también aceptando hipótesis de manera incorrecta. Y si algo puede hacer el método científico con eficacia es desechar hipótesis, falsarlas.

Otro aspecto de la apelación a Galileo es aquel que pretende hacer un valor del enfrentamiento a los conocimientos sólidamente establecidos por el simple hecho de enfrentarlos. La contrapartida es que aceptar una teoría científica sostenida “oficialmente” es una cobardía o puro entreguismo. Naturalmente, es necesario ser valeroso para contradecir que la Tierra gira alrededor del Sol, y que es este el que gira alrededor de la Tierra, pero poco aporta al debate sobre la realidad del mecanismo del Sistema Solar. El que ciertos valores, como la valentía, la sinceridad, etc sean necesarios en la actividad científica no los convierte en suficientes. En la historía del saber se han defendido con arrojo y osadía errores enormes.

Tampoco el que una hipótesis sea defendida por la “oficialidad” es garantía de error o de acierto. De ambos casos hay en la historía. El saber se construye con sus propias leyes, las del conocimiento.

España y el derecho de autodeterminación.

Es bastante frecuente escuchar a líderes nacionalistas que España no reconoce o no respeta el derecho de autodeterminación de los pueblos. Eso es falso, son afirmaciones equivocadas.

Cuando la Asamblea General de la ONU de diciembre de 1966 adoptó los pactos sobre los Derechos Humanos, en cuyo preámbulo se recogía el derecho de los pueblos a la autodeterminación, España no solo no se opuso, sino que fue favorable a su adopción. Cuando en 1976 estos pactos entraron en vigor, el Estado español no efectuó reserva alguna y se consideró normalmente aceptado. Es más, España se ha mostrado tradicionalmente favorable en su acción y declaraciones en toda ocasión en la que el escenario internacional lo ha demandado.

No tiene, pues, ningún fundamento reclamar a España que acepte ese derecho reconocido por la ONU y único soporte legal del mismo cuando España es miembro de pleno derecho de esa organización y no ha efectuado reserva o salvedad alguna en el plano teórico o práctico ni ha sufrido denuncia o advertencia de ningún tipo a ese respecto por la ONU o alguno de sus organismos.

Insistir en ese argumento y al mismo tiempo pretender que ese hecho coloca a España o sus gobiernos en una situación éticamente inferior a quienes dicen aceptarlo es caer en la falsedad y, por tanto, en la injusticia. Lo que nacionalistas vascos, catalanes y otros reclaman a España y lo que realmente se debate no es el respeto a ese derecho, sino el reconocimiento de ciertas zonas de España como sujetos de ese derecho. Y ese es un asunto en el que las distintas opiniones no conllevan un posicionamiento más o menos "progresista" o avanzado en sentido alguno, es una cuestión empírica referida a estatutos políticos y referencias históricas y culturales. El único referente ético implicado en la cuestión, la única actitud a juzgar desde esa perspectiva es el respeto escrupuloso a la verdad. Es decir, España no puede verse acusada de negar el derecho de autodeterminación, y mucho de menos de no respetarlo, como muestra su trayectoria sin un debate previo acerca de los sujetos de ese derecho, que es lo realmente en cuestión.

No basta para ello que una ideología asuma ese hecho en su programa o que sea ese el principio que le da sentido como formación, sea política o cívica, pues como es evidente, es el fruto de una perspectiva partidista, ideológica, la cual puede ser aceptada o seguida por un número mayor o menor de personas como todas las ideologías. Pero la verdad objetiva no se decide por referéndum, algo es o no es de una determinada manera independientemente de cuantas personas estén de acuerdo con ello.

Por otra parte, es tendencioso e incluso atentatorio contra la convivencia presentar el debate como una pugna entre una ideología progresista frente a una reaccionaria. Por ejemplo, la ideología nacionalista no puede, desde ninguna perspectiva que no sea la propia, imponer que su idea de que el concepto de "nación" o " pueblo" define al individuo es superior a la liberal de que es el individuo el sujeto de derechos y deberes y que el pueblo o la nación es un concepto cambiante definido precisamente en función del carácter determinado de los individuos que lo forman en cada momento, sea superior ética o políticamente y que el debate se efectúe desde sus presupuestos. Que ellos consideren que esos presupuestos son los correctos no impide ni aporta argumento alguno a la idea de que no lo son.

Hasta ahora, que yo sepa, no se aportado ni un solo argumento jurídico por parte de los demandantes del carácter de sujeto de derecho de autodeterminación para esas zonas que haya sido refrendado por organismo internacional independiente alguno. Lo cual no significa que no exista, por supuesto. Pero si significa que las acusaciones contra España, sus gobiernos o las fuerzas políticas enfrentadas a esa idea son falsas e injustas.

Israel, Palestina, terrorismo y asesinos.

Parece que las únicas opciones que se le presentaran al observador imparcial de los acontecimientos en el conflicto entre palestinos e israelíes fuera justificar todos los actos de una u otra parte y condenar los de la contraria. Es decir, que no existe el observador imparcial, o al menos objetivo. Y yo creo que eso no es cierto.

Hace unos días una operación del ejercito israelí acabo con la vida de Rintisi, jefe de HAMAS.

Que Rantisi fuera un terrorista o un apoyo significativo de los mismos no justifica cualquier acción contra su persona. Algunos consideran que la biografía del muerto la justifica. No es la única biografía implicada, deberían ponderar la del hijo de Rintisi y la de sus guardaespaldas igualmente muertos. Y la de los civiles muertos o heridos en esa acción u otras similares.

Que Israel tiene derecho a defenderse nadie lo niega, tampoco que los palestinos tienen derecho a un territorio. Pero en ninguno de los casos hay una cláusula implícita o explícita que diga algo así como " por cualquier medio". Y el caso es que los palestinos condenan los medios por los que Israel pretende defenderse, e Israel condena los que los palestinos emplean para conseguir sus objetivos. Ambos creen que no todos los medios son legítimos, aunque los fines lo sean.

Tampoco existe una conexión automática entre decisión gubernativa y legitimidad. Los gobiernos legítimamente constituidos pueden defraudar y cometer errores. Un Estado legítimo, a este respecto, no lo es porque no cometa errores o tropelías, sino por disponer de los mecanismos que corrigen unos y depuran los otros. El gobierno israelí, legítimamente surgido de unas elecciones, ordena asesinatos selectivos como sentencia de condenas, y ni una ni la otra son fruto de órganos competentes en un estado de derecho. La Autoridad Nacional Palestina, legítimamente surgida del consenso internacional, incluido el israelí, y de la legitimidad de unos acuerdos avalados por la ONU, usa del terrorismo indiscriminado y asesino, condenando a muerte igualmente y ejecutando, sin más garantía, como en el caso de Israel, que el criterio de un gobierno.

No discuto que Rantisi fuera o no un criminal ni justifico sus acciones ni las de cualquier otro terrorista. Lo que no hago es justificar cualquier acto en función de contra quien se realice, del objetivo propuesto o de la fuente de la decisión. Lo cual afecta a israelíes y palestinos por igual.

Y nadie puede ser acusado de "progre" o de "facha" si lo que ataca o defiende no es una ideología, una patria o una facción, sino una acción con argumentos éticos y jurídicos que debe ser el campo común de entendimiento. Desde ahí se debe argumentar la muerte de Rintisi.

Iraq, terroristas, tropas y gobiernos.

“La decisión de hacer volver las tropas refuerza a los terroristas”. ¿No has oído decir esto mismo a nadie antes?. ¿Y esto otro?: “La decisión de mandar tropas a Iraq motivó los atentados de Madrid el 11 de marzo”.

Ambas afirmaciones pueden ser ciertas, o solo una de ellas, o tal vez ninguna de ellas. Seguramente solo los terroristas conocen los motivos exactos que les llevan a cometer sus crímenes y solo ellos comprenden bien la lógica interna de sus actos.

Lo que me preocupa es saber si un gobierno legítimo debe tomar sus decisiones pensando en lo que los terroristas opinarán sobre ellas. Si un gobierno considera justo o necesario enviar tropas a un lugar, o si considera igualmente justo o necesario hacerlas volver de algún lugar al que previamente fueron enviadas, ¿debe basar su decisión en las consecuencias que los terroristas quieran hacer recaer sobre la sociedad que ese gobierno representa?. ¿Y el juicio sobre tal decisión debe basarse totalmente o en parte
en ello?. Tal vez un grupo terrorista considere que es bueno hacer volver las tropas y otro grupo considere que esa decisión debe “castigarse” con el peculiar estilo de los terroristas. Algunos grupos terroristas de izquierdas consideran que marginar a las mujeres es propio de sociedades machistas y autoritarias, y que son sus enemigas, mientras que otros, de contenido religioso, consideran que la mujer no debe tener lugar en la vida pública, ni siquiera debe ser visible en la calle. ¿Deben nuestros gobernantes y legisladores tomar en cuenta la opinión de los grupos terroristas sobre la cuestión del papel de la mujer en la sociedad para legislar y la posibilidad de que la decisión adoptada provoque represalias teroristas?.

Volviendo a las frases que motivarón esta anotación, creo que ambas son decisiones legítimas de gobiernos legítimos, se compartan o no, y que deben ser tomadas sobre la base de cuestiones que nada tienen que ver con lo que opinen sobre ellas los grupos terroristas. El Estado debe garantizar la seguridad de los ciudadanos, no complacer o contradecir a los que atentan contra ella.

Pues aquí estoy.

Participo en muchos foros de internet.Me interesa la política, nacional e internacional, la filosofía, la ciencia y las creencias, religiosas o de otro tipo. Casi nunca es posible encontrar un lugar de debate en el que no acabe reinando el insulto o la referencia personal: rojo, facha, descreido, crédulo, apátrida, nacionalista, etc. De todo me han llamado o han llamado a personas que simplemente argumentaban, mejor o peor, contra las ideas de otros. Casi todos los foros visitados responden a una postura concreta, atea, creyente, escéptica, esotérica, de derechas, de izquierdas, etc. Incluso en la mejor de todas las comunidades, que casualmente administro junto a otros amigos, Normas Eticas , se parte de una postura concreta, la escéptica. Me he propuesto examinar algunos de los hechos cotidianos y de las opiniones que suscitan y, de paso, examinar mi capacidad de objetividad y de todos los que quieran ponerla a prueba. Con tus comentarios me ayudarás a una y otra cosa. Gracias y saludos