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Saber/Creer

Divorcio : una solución politicamente correcta.

Uno ya está curado de espantos respecto a la capacidad de los políticos para ejercer eso que ha dado en llamar “ser políticamente correcto”. Se expresa a través del lenguaje, principalmente, llamando invidente al ciego, afroamericano al negro o magrebí al moro de toda la vida. Naturalmente, el lenguaje no cambia las actitudes, y uno puede seguir discriminando al invidente, cuidandose del trato con afroamericanos o solicitando que se pare la “invasión” de los magrebies.

Otro aspecto de quienes se mueven por deseos “políticamente correctos” se manifiesta en la observancia de la tolerancia radical a los demás. Salvo que se estime que la opinión o costumbre del otro es “politicamente incorrecta”. Y así, les lleva a los mismos que defienden que la sociedad de acogida de inmigrantes debe abrirse a las aportaciones culturales de estos inmigrantes, a defender el mantenimiento integro de su identidad cultural por parte de estos últimos. La contradicción se resuelve apelando a lo “politicamente correcto de ambas posturas, prescindiendo de su racionalidad.

A pesar de estar curado contra semejantes prácticas, me ha emocionado hasta lo más hondo conocer que en Chile, durante las discusiones acerca de la Ley de Divorcio, un amplio grupo de diputados consensuó una propuesta de añadir una clausula adicional a esa ley que permitiría que los novios, antes de casarse, pudieran optar por una variedad de matrimonio con opción a divorcio o por el matrimonio sin divorcio.

Uno no sabe si reir o llorar.

2 comentarios

Anton -

A este paso acabarán legalizando por contrato la esclavitud y la servidumbre. Las cosas que se pueden hacer a traves de lo políticamente correcto. Y de camino, ¿por qué no permitir que otros pueblos y otras culturas, ni superiores ni inferiores a esta, sino distintas, apliquen directamente su propio código a base de latigazos, amputaciones de manos, lapidaciones o que se les permita la práctica de la ablación del clítoris?

Saludos,

Anton

leptokurt -

En los contratos puede pactarse todo, la duración, el precio... Sin embargo es inútil incluir cláusulas que vayan contra la ley, puesto que son nulas.

Incluir una cláusula de no-divorcio en un contrato de matrimonio equivale a ¡establecer dos clases de matrimonios! Supongo que eso es justamente lo que pretendían aquellos dignos prohombres, crear un estado dentro de otro estado. Qué horror.